¿Puede el psicoanálisis incidir en el campo social? Coordenadas éticas y políticas.

¿Puede el psicoanálisis incidir en el campo social? Coordenadas éticas y políticas. Conversación con Marita Salgado.

¿Puede el psicoanálisis incidir en el campo social? Si es así, ¿de qué manera?

Freud dice que el psicoanálisis no es una cosmovisión. Tiene incidencia en el campo social porque está en el campo social, no está por fuera. Pero no es la política. Aunque hay una política del psicoanálisis.

No se dirimen las decisiones políticas desde el psicoanálisis, ni se deben hacer interpretaciones subjetivas desde el psicoanálisis, como hay muchas, al sujeto presidente p. e. porque son cuestiones de la política social. Tiene incidencia en el sentido de que es una práctica que incide en lo social, porque incide en las personas. Entonces, tiene una posición ética más que política. La política del psicoanálisis es la ética.

Justamente en este momento, la ética social está cuestionada.

La cuestión del psicoanálisis es una ética, no es una cosmovisión. Lacan dice que hubiera esperado un efecto más del psicoanálisis en la cultura, en lo social. Miller hablar de la acción lacaniana. Quizá la acción lacaniana es la que los psicoanalistas hacen todos los días, inciden en el campo social, trabajan en hospitales, en escuelas, salen del consultorio.

Freud, desde El malestar en la cultura, el por qué de la guerra, incidió con su investigación, con su obra en la cultura. Y Lacan anticipó asuntos que no estaban en el momento, que él las profirió, como p.e. la segregación, el niño generalizado, el porvenir de los mercados comunes. Todas cuestiones con las que él se adelantó. Con el psicoanálisis concluyó cuestiones que trascienden al psicoanálisis, y quizá inciden en la visión de la política que se puede tener, pero desde la ética del psicoanálisis de pensar la singularidad. A partir de pensar la singularidad desde una ética, se puede hacer una prospectiva, y Lacan pudo hacer una prospectiva y adelantarse a los hechos. Esa es una incidencia. Yo creo que es una incidencia muy importante, todas las anticipaciones que Lacan realizó y todo lo que dijo Freud en el malestar en la cultura, p. e.

Estudiamos el Seminario 17, vimos ahí cómo él interpreta, interviene, y no responde desde el lugar de amo, sino desde otro discurso.

Si, nunca se fue de la cuestión ética del psicoanálisis.

Es también una posición de ir en contra, el reverso, hacer una defensa, vamos a decir, ante cualquier discurso totalitario donde haya un aplastamiento del sujeto.

Si, es una ética antitotalitaria. Justamente, él incidió sobre lo que supuestamente es el totalitarismo. Además, el psicoanálisis atravesó el nazismo.

Por eso surgió el analista ciudadano, que retoma Laurent, que no es un lugar vacío. Es un lugar en donde se trata de colaborar con la civilización, entre las normas sociales y las particularidades individuales.

Claro, un analista que va a supervisar, que va a trabajar en relación a la transmisión del psicoanálisis está incidiendo.

Disolver las identificaciones, dice, las cuestiones imaginarias, para que se pueda operar.

Germán García decía que se puede hablar de todo con el psicoanálisis. Quiere decir, se puede analizar desde el psicoanálisis muchas cuestiones. El asunto es con qué fin. Un psicoanálisis aplicado a la personalidad de un político no tiene mucho efecto.

Quizá hay una incidencia que es a contrapelo de la política. Si pensamos la política como la configuración de lo común, a contrapelo viene la ética de la singularidad. Ahí podemos ubicar un terreno de la incidencia.

Si, más en este momento particular, en el que eso está absolutamente aplastado. El psicoanálisis ahí tiene un lugar. Y por supuesto que los analistas pueden pensar o escribir sobre la situación actual desde ese lugar, desde la ética del psicoanálisis.

Lacan dice el inconsciente es la política. No dice la política es el inconsciente. Lo dice en el contexto de El seminario 14, La lógica del fantasma, es en el contexto de la guerra de Vietnam. Donde él habla del rechazo. Por qué alguien tiene que insistir en ser aceptado por el amo. Por qué no pensar que es mejor el rechazo del amo. Esto lo liga a Vietnam, cómo ganó la guerra por tomar ese lugar de ser rechazado por el amo que lo vino a invadir. También en la clínica, quizá ese es el lugar que le conviene, más allá del lamento y el padecimiento, y no ir atrás del amo y someterse a los caprichos del amo. Eso es lo que dice Lacan de Vietnam. Y por eso dice el inconsciente es la política, dice “simplemente”, además, el inconsciente es la política.

¿Cuál es la ética del psicoanálisis?

Es una ética del deseo. No es una ética del hábito, no es una ética que tiene que ver con la moral. Sino es una ética de la singularidad, de tomar en cuenta fuertemente la palabra del sujeto. Por eso en El seminario 7, La ética del psicoanálisis, empieza por la ética de Aristóteles y cambia la cuestión de la moral por la ética. Aristóteles hablaba del hábito, de lo que se hace habitualmente como ético y Lacan lo lleva al orden del deseo. Se trata de una ética que tenga en cuenta la vida. No que el sujeto muera por el deseo, porque en definitiva el deseo es siempre deseo de muerte.

También Lacan dijo que la política es la política del síntoma. Que no es la política de la esfera, donde todo cuadra, sino justamente que la política es la política del síntoma de lo que no anda, de lo que se opone, viene a obstaculizar al amo, a lo que funciona en el asfalto.

Entonces, podemos ubicar la incidencia, por un lado, como lo que conversamos respecto de la ética que va a contrapelo de la política. Es decir, una política del psicoanálisis que va a contrapelo de la política del momento. El reverso de la biopolítica desde Freud a la actualidad. Por otro lado, el borde de la incidencia que tiene que ver con la posibilidad de leer. Esto que dice German García, hablar en realidad también es el leer, el interpretar la época. De una incidencia no sólo hacia afuera, sino hacia a dentro, en términos de intensión y extensión. Si podemos pensar eso como una banda de moebius. Qué de la lectura, de la interpretación del psicoanálisis le vuelve como una posibilidad de leer, desde Psicología de las masas y análisis del yo a los cuatro discursos de Lacan, a lo que hoy podemos leer de nuestra época. No tanto en términos de la psicología del líder, sino los modos en los que el lazo social hoy toma consistencia, está afectado, qué es lo que le da operatividad pulsional, de goce a modalidades políticas como las actuales.

¿Qué es lo que hace lazo?

El psicoanálisis no puede operar en un sistema totalitario, necesita para ejercer de la democracia. En ese sentido, es un defensor de la democracia. El psicoanálisis pasó por muchas condiciones, incluso de guerra. p. e. M. Klein con el caso Dick, era en plena guerra.

Ahí, podríamos decir, de lo que se trata es de la política del síntoma, en el sentido de lo que no funciona en un circuito más o menos totalizante. Y también poder leer lo que funciona, es decir, qué es lo que efectivamente da soporte a determinado discurso más o menos totalizante. Por ahí esa paradoja entre el no discurso capitalista y la totalización del efecto discursivo.

Claro porque totalitario también puede ser una práctica que no toma en cuenta la singularidad. La moral, lo que debe ser, hay muchos tratamientos en los que el sujeto debe hablar, debe hacer esto, lo otro, y tienen unas grillas a las que responder con las terapias. Eso también es una practica totalitaria y afín al mercado. En ese sentido, la ética del psicoanálisis es desobediente a los principios totalitarios del amo.

Hay una referencia de Zadig de España que dice que la democracia no es un ideal psicoanalítico, sino una condición de que exista el psicoanálisis.

Claro, el psicoanálisis tiene que reivindicar la política en realidad, porque justamente la política es quitada de las prácticas totalitarias. Porque implica diferencias, divergencias de ideas, y justamente es eso lo que da lugar a la posibilidad humana. Fíjense Grecia, la polis. Que se hable en la ciudad, que se diga.

Pero hay que advertir que no es una cosmovisión, la verdad de todo.

Sino la búsqueda de las pequeñas verdades de cada sujeto singular.

También hay algo respecto de cómo  se juega la vida del psicoanálisis en eso, no deja de estar concernido en el corazón de su existencia el hecho de cómo la época, lo que anda y lo que no anda, también hace eco en la gramática psicoanalítica. Es decir, eso se permea, se abre, en ese esfuerzo de poder decir algo de lo que pasa, del malestar en la cultura, es un modo de forzar la letra psicoanalítica.

Ese es el punto, un esfuerzo de poesía. Porque ahí, en Un esfuerzo de poesía, lo que dice es que el psicoanálisis hace con la pulsión de muerte, ese es su material. Tampoco es que la va a aniquilar, podemos decir, es su material de trabajo, porque en el lenguaje mismo se cuela la pulsión de muerte.

Es un momento difícil, en este momento pensar toda la cuestión política. En otras épocas el psicoanálisis fue muy cuestionado por los gobiernos militares. Entonces, es un filo que hay que respetar y tener en cuenta. 

¿Se podría ubicar la distinción entre “psicoanalista” y “analista”? No sé si estaría bien, lo pienso para poder introducir la distinción entre un sujeto que habla, que habita el discurso psicoanalítico y la posición del analista. Una cosa es el sujeto que puede hablar desde el discurso psicoanalítico, que no siempre es esa posición de analista.

Pero es un poco contradictorio.

Podríamos decir paradójico, no contradictorio. Cuando uno escribe un artículo, habla en nombre propio es un sujeto formado en la tradición psicoanalítica, habitando ese discurso.

Traigo un artículo de Javier Aramburu, Psicoanálisis y Derechos Humanos, que salió en la Revista Dispar 2. Habla de tres justificaciones de prácticas -la religiosa, la kanteana y la política-. Dice, de todas maneras, podemos sostener que sea por las razones que sean, esencialistas o políticas, metafísicas o posmetafísicas, hemos acordado sostener que vamos a privarnos del goce de aniquilar, explotar, segregar, gozar de los diferentes. El acuerdo básico es prohibir ese goce. El derecho básico humano es, entonces, el derecho a un goce limitado. Pero los derechos humanos no dicen, como la ley kanteana, que todos somos iguales, dice que todos renunciamos igualmente al goce de aniquilar las diferencias. En realidad, el derecho humano es el derecho a la diferencia limitada al espacio de la ley.

Renunciar a gozar del otro, esa es la ética.

Continúa, exaltar la diferencia no es lo importante, es necesario respetarla, al punto de concederle iguales derecho que los míos. Es decir, nuevamente aquí lo determinante es la igualdad de derechos para todas las diferencias limitadas a una ley igualitaria. Así derechos humanos es un nombre para ese lazo social que se funda en el límite al poder del Otro, como Otro de la ley.

Es muy interesante esto de la renuncia, me recuerda a El malestar en la cultura, es lo que cada uno sede de lo pulsional para estar en la cultura.

Retomemos el texto, esta pregunta, ¿se puede tomar a un torturador cómo analizante? Era una pregunta que en un momento surgió, después de la dictadura. El argumento para afirmar esto es que precisamente el análisis lo curaría de ello. Pero la pregunta es otra, ¿qué es un analizante? Un analizante es precisamente alguien que ha renunciado a ser un torturador, ha renunciado a ese goce y sufre por ello. Se culpa de ello, sin haberlo sido. -Sin haberlo sido, es interesante acá la cuestión del fantasma-. Para un torturador ese goce es real, no es prohibido, no es imposible. Y aún cuando se culpe por ello, en tanto no ha renunciado a él, su culpa es real. Él ha realizado el acto y esto le da otro estatuto. Un torturador es un culpable real, así como un torturado es una víctima real. Aquí no estamos aún en el espacio del inconsciente. Pero aún el argumento de si podría tomar a un torturador en análisis, porque es como un neurótico, o un perverso o aún un psicótico al que hay que curar, no valdría para un analista. […] yo insisto en que un torturador no puede ser analizante, mucho menos analista, aún cuando no torture a sus pacientes. El problema es si se puede pensar en un analista que conserve ese goce, aún cuando sea en las horas no analíticas y operar como si eso no ocurriera como analista.

Es muy interesante para pensar en estas horas el lugar del psicoanálisis en la cultura. Esa es la ética del psicoanálisis, la ética de lo singular es esa. Quizá la pregunta es si el psicoanálisis tiene lugar respecto de la perversión, no del rasgo perverso.

Ese pasaje entre lo real y el terreno del inconsciente queda abierto, entonces.

Lo real es sin ley, pero la ética del psicoanálisis es la ética del inconsciente. O sea que el psicoanálisis no es sin ley, por eso necesita de la democracia para ejercer, o para intervenir, para trabajar. Necesita un marco legal, hay una ley que separa los cuerpos, podemos decir, y el límite es el cuerpo del otro.

Lacan tiene un artículo muy interesante de psicoanálisis y criminología, donde dice el psicoanálisis irrealiza el crimen. El crimen está realizado, pero el psicoanálisis lo irrealiza. Pero, ¿en qué marco? En el marco de la ley. Hay psicoanalistas que trabajan en la cárcel. En ese marco se puede irrealizar el crimen quizá, pero tampoco se consiente a cualquier cosa. El marco de la ley. Por eso el psicoanálisis y la democracia.

En este punto, la pregunta acerca de la ética para el psicoanálisis toma la vía de la ética de las consecuencias, no la ética de las intenciones o de las buenas intenciones, sino la de la responsabilidad subjetiva.

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Freud y su modo de operar.

Freud y su modo de operar.

Freud y su modo de operar.*

Por Francisco Ruiz

El modo de actuar, el modo de operar de Freud, así lo dice Lacan en el seminario 1, ha sido al inicio del psicoanálisis, un trabajo en progreso, construcción e invención, no era una simple aplicación de un método. Este modo de abordar un tratamiento, realizar una clínica, diríamos mejor, crear una clínica lo podemos ver claramente en los primeros historiales clínicos, Lucy R, Emmy de N, por ejemplo, por nombrar algunos. Allí Freud encuentra resultados, resultados terapéuticos. Se encuentra con ciertos efectos que sus propias intervenciones producían. Hay que prestar atención a sus intervenciones, a su posición de médico frente al paciente, porque hay un cambio de posición como médico que él mismo decide y particularmente en estos dos casos, Lucy y Emmy.

Las intervenciones de Freud en el caso Emmy de N, de 1895, tienen dos rasgos que se podrían subrayar. Son intervenciones que si seguimos una línea de investigación pueden ser antecedentes, quizás, de la interpretación en sentido psicoanalítico.

Son dos los rasgos en sus intervenciones. Primero, según lo dice el mismo Freud son de carácter instructivo, es decir son indicaciones precisas al paciente tanto en estado consciente como en estado hipnótico. La paciente Emmy de N era una paciente a la que Freud hipnotizaba siguiendo el método que practicaban Charcot y Breuer. Segundo, las intervenciones de carácter «asociativo». Freud en este caso de Emmy ya habla de «análisis psíquico», es decir habilita que la palabra del paciente pueda ser remitida a sucesos anteriores, ya sean recientes o de la infancia, y más precisamente a recuerdos de sucesos anteriores. Lacan dice «reintegración de la historia», un pasado «historizado en el presente».

Resulta interesante la atención que presta Freud a su propia conducta como médico frente al paciente, y que su conducta, sus indicaciones, sus gestos hacia el paciente están determinados por la relación con este último. Es decir, es la relación que Freud tiene en carácter de médico, construyendo quizás lo que conocemos ahora como posición analítica, lo que imprime una cierta eficacia o no de sus intervenciones, ya sean instructivas o asociativas.

Con respecto a las de carácter instructivo son las que lleva a cabo como médico, indicándoles las terapias de masajes, baños de agua caliente, pero además las que realiza en la sugestión hipnótica. Por ejemplo: «Le mando no asustarse más de las estampas de los indios. Lo que deben causarle es risa». Otra por ejemplo, durante una hipnosis le pregunta cuál ha sido el suceso en su vida que más ha dejado en ella un efecto duradero en su memoria, a lo que responde «la muerte de su marido». A este suceso la paciente enlaza otro recuerdo que es la enfermedad de su hija de quien los médicos sospechaban que podía tener meningitis. Freud la interrumpe diciéndole que su hija goza hoy de excelente salud y le pide a la paciente en hipnosis que expulse de su memoria todo recuerdo sobre ella y de este modo «se desvanecerá la temerosa espera de sucesos desgraciados que la atormentan». Son  indicaciones que apuntan a borrar un recuerdo desgraciado que surja en hipnosis.

 Las que son de carácter asociativo, cito a continuación: – «Le pregunto por qué se asusta con tanta facilidad, y me responde «son recuerdos de mi primera infancia. – ¿De qué época? – Primeramente de cuando tenía cinco años y mis hermanos me asustaban arrojándome bichos muertos». Otra cita puede ejemplificar este punto: – «Le pregunto también qué otros acontecimientos de su vida la han asustado igualmente»,  es decir Freud tenía cierta suposición de que el ataque histérico estaba encadenado a sucesos de la historia del sujeto, o mejor dicho a recuerdos de sucesos que no accedían al campo consciente. Dice Freud «los relatos hechos por los enfermos en la hipnosis carecían, cuando eran incompletos, de todo efecto curativo…» Más adelante también afirma lo siguiente: «Con frecuencia sucedía también que al preguntarle yo, en el sonambulismo, de dónde procedía determinado fenómeno arrugaba el entrecejo y contestaba tímidamente «no lo sé». En estos casos acostumbraba yo a decirle «reflexione usted un poco y en seguida lo sabrá», como así sucedía, en efecto, pues al cabo de algunos instantes de reflexión me proporcionaba casi siempre la respuesta pedida».

Este cambio en la posición de Freud, el pasaje de una posición médica, de tener el saber sobre el padecimiento del paciente, hacia una posición analítica, en el sentido de que instaura la dimensión distinta de la causa del síntoma, es a mi modo de ver lo que resulta un modo operativo. Operativo porque permite, a través de la reconstrucción y reintegración de la historia, que el paciente asuma una posición más cercana a lo que hoy llamamos analizante. Si bien estamos hablando de un caso como el de Emmy de N, donde Freud todavía trabajaba con hipnosis, sus preguntas apuntan a provocar la asociación libre. Dejar de lado la intervenciones instructivas y pasar un cierto «diálogo corriente» en donde pueda haber un «análisis psíquico». La pregunta ¿De qué época?, es decir,  “desde cuándo”, permite la articulación del síntoma a una escena de la historia del sujeto, lo que posibilita el surgimiento de un significante nuevo. Esto es, ubicar el síntoma dentro de la dimensión de lenguaje y de discurso.

Para concluir, Freud encuentra un modo de operar que implica una cierta “docta ignorancia”. Interrogar al sujeto, hacer que el sujeto se interrogue sobre el síntoma. Esto es, una operatividad en el no comprender.

Queda para la conversación en el seminario, es una pregunta que me realizo, qué diferencia hay de esta posición primera de Freud con lo que conocemos hoy como el deseo del analista, despojado de la intención de curar y teniendo en cuenta también la distinción trabajada por Miller entre el psicoanálisis y las prácticas psicoterapéuticas.

Citas.

Lacan J. Seminario 1. Los escritos técnicos de Freud, 1953, Paidós

Estudios sobre la histeria (1895). cap E, Historiales clínicos, ob.com. Bl nueva, T1.            

* El presente escrito fue parte del desarrollo de la clase 1 La operatividad del discurso analítico del Módulo 1 Psicoanálisis y psicoterapia del Seminario de Formación Permanente 2024 Los escritos técnicos del Freud leídos desde Lacan.

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NO QUERIA SABERLO. Dimensión significante del síntoma y curación

NO QUERIA SABERLO. Dimensión significante del síntoma y curación.

Por Francisco Ruiz.

Es posible realizar cierta lectura del caso Miss Lucy R. teniendo en cuenta la posición de Freud, su actitud como médico, posición de la que él mismo siempre estuvo atento. Podríamos decir, el psicoanálisis fue siempre desde sus inicios una práctica que requiere la indagación de la propia posición del analista, en su relación con el paciente. Además, es la indicación de Lacan en varias oportunidades a los asistentes a sus seminarios de que hay que estar dispuestos como analistas a interrogarse su propia práctica. Y esto en Freud tiene su razón de ser, porque es la atención a su propia conducta frente al paciente la que le permite descubrir algo nuevo en el tratamiento.

Una característica de la posición de Freud en el tratamiento de estas primeras histerias es la intención de curar el síntoma. La curación del síntoma está como objetivo en el tratamiento de la histeria, aunque Freud introduce formas novedosas. Primero hipnotizaba, luego empieza abandonar la hipnosis de a poco hasta convertir el tratamiento en lo que él mismo dice un «diálogo corriente». La hipnosis era un recurso con el que se intentaba curar el síntoma, aunque sus efectos terapéuticos no eran duraderos. Empiezan a ser duraderos cuando en el diálogo corriente se lograba el relato y el recuerdo de los contenidos que habían sido expulsados de la conciencia. Recién ahí el efecto tera-péutico, la desaparición de los síntomas, eran totalmente duraderos.

Podríamos decir entonces que las intervenciones de Freud en forma de sugestiones, preguntas, intervenciones asociativas o instructivas, estaban orientadas a lograr la curación del síntoma. En la forma instructiva, que Freud llevaba a cabo por ejemplo en la hipnosis, el objetivo era borrar un pensamiento perturbador, «Le mando no asustarse más de las estampas de los indios. Lo que deben causarle es risa». Porque Freud tenía la hipótesis, y antes de él también, que el síntoma histérico podía ser curado a través de la sugestión en estado de sonambulismo.  En la forma asociativa, en cambio, que Freud llama también «análisis psíquico», la duración del efecto terapéutico era prolongado y es ahí donde va construyendo su teoría del síntoma como producto o resultado de fuerzas contrarias. La curación en este caso no se realiza por medio de instrucciones, sino a través del seguimiento del hilo de las palabras y de la conversación con el paciente, hasta llegar al relato de la escena de tipo traumática que ha quedado expulsado de la conciencia.

 

Ahora bien, la curación del síntoma y la noción misma de curación es parte del psicoanálisis como discurso, que intenta hacer que las cosas marchen y funcionen. Y es de alguna manera parte de la entrada en análisis, ubicar el síntoma dentro de la dimensión de lenguaje y de discurso. Es la dimensión del síntoma que J-A. Miller ubica como una dimensión clínica, diferente a la dimensión clínica del fantasma.

En Miss Lucy R. se observan una serie de síntomas ubicados en el cuerpo, por ejemplo, pérdida del olfato, y otros de carácter subjetivo como ser sensaciones olfativas. Es interesante que Freud nombra el síntoma de Lucy como «símbolo» y localiza, a través de preguntas a la paciente, la sensación olfativa de «harina quemada». Si Freud pregunta desde cuándo es que siente ese olor, de dónde procede, es porque supone que esa sensación olfativa tiene un origen y que ese origen no es una disposición hereditaria, aunque no niega que las haya. Supone un origen pero de carácter subjetivo y que implica un cierto saber. Freud mismo lo dice «decidí adoptar como punto de partida la hipótesis de que mi paciente sabia todo lo que había podido poseer una importancia patógena». Supone entonces que hay un saber no aceptado por la paciente, en calidad de olvido, de rechazo y de conservación en la memoria, aunque parezcan olvidadas.

Ante la pregunta sobre la primera vez del olor a harina quemada, la paciente logra ubicar una respuesta (la recepción de una carta), que no convence a Freud, el cual insiste en una segunda respuesta, que es el suceso que sí tiene para él valor traumático verdadero. Esta carta le abría la posibilidad a Lucy de abandonar su puesto de institutriz actual y volver a vivir con su madre, es decir, abandonar la casa donde vivía actualmente y en donde cuidaba unas niñas. Esto implicaba también romper la promesa que había hecho a la madre de esas niñas, la cual murió un tiempo atrás. Es decir, Lucy era por su propia promesa una especie de madre sustituta, era el lugar que ella sentía que debía ocupar. Pero Freud se pregunta por qué surge en este caso la conversión, y por qué elige el olor a harina quemada como símbolo. Razón por la cual Freud aventura una sospecha «Ud. está enamorada del padre, quizás sin darse cuenta exacta de ello», a lo que Lucy responde «no lo sabía hasta ahora, o mejor dicho, no quería saberlo».

Pero la escena-recuerdo final, que la paciente relata y que produce la desaparición de los síntomas en forma total, es aquella que describe Lucy en relación a una reprimenda que le hace a ella el padre de las niñas. Esta reprimenda le significaba a ella que su deseo amoroso hacia este padre no iba ser correspondido: «Esta violenta escena se desarrolló en la época en que Miss Lucy se creía amada y esperaba la repetición de aquel primer dialogo intimo, y agotó en flor todas sus esperanzas …». Luego de este relato y sólo después de esto, el síntoma desaparece por completo.

Lo que acabamos de ver en Lucy pertenece a lo que J-A. Miller llama la dimensión clínica del síntoma, que es una dimensión significante. Una prevalencia del síntoma en su vertiente significante y que permite la entrada en análisis. Esta dimensión del síntoma implica la representación del sujeto por el significante. Para Miller esta dimensión del síntoma implica una cuestión terapéutica, es lo que Freud intenta todo el tiempo, el levantamiento del síntoma. Esta dimensión del síntoma para Miller es también algo que concierne al analista, su deseo, pero subrayemos, en la creación del psicoanálisis, en los inicios donde Freud va inventando el método. A él lo orienta un «deseo terapéutico», que es a la vez un «deseo del médico». Sin embargo, lo que hoy conocemos con Lacan como “deseo del analista” no puede ser reducido a un deseo terapéutico. Queda la pregunta si existe continuidad o ruptura entre el deseo terapéutico de Freud con el deseo del analista desde Lacan.

 

Citas

  1. Freud: Estudios sobre la histeria (1895). cap E, Historiales clínicos, ob.com. Bl nueva, T1.       
  2.  J-A. Miller: Dos dimensiones clínicas: síntoma y fantasma. Fund. Campo Freud. Manantial

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Seminario de Formación Permanente 2024: Los escritos técnicos de Freud leídos desde Lacan. Módulo 1 Clase 2.

Módulo 1 Psicoanálisis y Psicoterapia. Clase 2 La operatividad del discurso analítico.

Clase 2: “La operatividad del discurso analítico”.

Docente a cargo de Cecilia Rubinetti*.

Acompaña Francisco Ruiz.

Reseña

La clase inició con el aporte de Francisco Ruiz:

Lacan en el seminario 1 hará referencia al modo de actuar, operar de Freud, que fue desde el inicio un trabajo en progreso, de construcción e invención. Creó una clínica, lo vemos desde sus primeros casos. Sus intervenciones podían tener un carácter instructivo, se podría decir más del lado médico y de carácter asociativo, cuando interroga a la paciente el ¿por qué se asusta, desde cuándo?  Freud con esto sostenía así que el síntoma histérico estaba encadenado a recuerdos de sucesos que no accedían a la conciencia. Se puede leer el cambio de una posición médica, de tener el saber sobre el padecimiento del paciente a una analítica que hay un origen distinto de la causa.  Discurso inédito tratando de incorporar otra causalidad que no es científica sino de la historia del sujeto, que el sujeto enlazará al síntoma alguna causa (dimensión analítica). Podemos decir el modo de operar de Freud se sostiene en cierta docta ignorancia, posición no de ignorancia sino saber que algo se ignora. Esa posición permitía que el sujeto se interrogue, se podría pensar entonces que hay una diferencia en relación a su primera posición, pudiendo decir que hay en él un deseo del analista, despojado de la intención de curar.

 

Luego continuo con el desarrollo de Cecilia Rubinetti:

Se prosigue con la afirmación de la histeria como puerta de entrada para pensar la operatividad del Discurso analítico. Se trabaja de manera detallada el análisis del caso de Ana O., desde Lacan. Primero diremos que hay un nexo entre los síntomas, la enfermedad y la muerte del padre. El hallazgo es lo que conecta el síntoma con su causación, como Breuer va encontrando esa conexión. Podemos tener en cuenta dos fases: la que se denominó fase de incubación: enfermedad del padre, hasta que deja de cuidarlo por una desmejora física de Ana y, la explosión de síntomas, tos nerviosa, mutismo, sonambulismo, parálisis en un brazo y dificultades en el lenguaje (estos dos últimos los mas duraderos). Ante la pregunta de ¿qué ocasiona esos síntomas? ¿Qué relación hay entre la enfermedad del Padre, su muerte y sus síntomas? Esta conexión para el resto invisible, que va descubriendo por retrotraída, a través de la talking cure, nombre que la propia Ana O dio al método de ir relatando vía la rememoración, de ahí las coordenadas de la causalidad. Sin dejar de lado la transferencia de Ana con Breuer, la intensidad de ese lazo, lo reconocía siempre, sus manos al tacto tenían un efecto tranquilizador, convirtiéndose en insustituible. Breuer escribía para cada síntoma una escena, con un relato detallado.

Lacan localiza en el piso superior del Discurso Histerico el S1, encarnado. Cuando este punto de referencia se pierde aparece la respuesta del síntoma histérico, ante esta pérdida fundamental. En relación al seminario 16 “algo se vacía en el cuerpo”, no se trata del cuerpo vaciado, no es vacío, sino que es la posibilidad de ubicar ese vacío a nivel del cuerpo. Si hay algo que el síntoma histérico muestra es el anti-anatomismo. El cuerpo es el que sirve de soporte al síntoma. Un significante nos representa una falta, la división subjetiva se articula entre dos significantes. La vacilación del significante, cuando cae el sostén, encarnado para Ana en el padre, surge en esta caída el síntoma. ¿Cómo pensar entonces la función del S1 paterno en relaciona la estructura? La metáfora Paterna es el tratamiento del exceso que produce el goce, ubica aquí una falta, entonces el funcionamiento del Síntoma histérico muestra la operatividad del Discurso paterno. Ese S1 tiene una encarnadura en relación al Padre, de ahí el valor particular que tiene el Padre en la Histeria.

El síntoma histérico para ubicar la falta, incluso la falta de sentido, “no sé qué me pasa”. La medicina no lo puede explicar. Y es por esa falta que tiene el origen el psicoanálisis.

Si tenemos en cuenta la dimensión del síntoma como solución, Ana O., en lugar de perder el sentido de la vida, usa el cuerpo para sostener una falta, el síntoma histérico es un modo del lazo al Otro, que produce saberes. La mejoría de Ana cuando rearma su Discurso, se dirige a un S1, Breuer, produciendo saber. Esto que aplaca los síntomas. No es aun el pasaje al Discurso analítico, no nos contentamos con el levantamiento de los síntomas, sino que a partir de ahí se podría incorporar el Discurso analítico.

Lacan en su ultimísima enseñanza en 1977 “Consideraciones sobre la histeria”, es crítico con Freud pero lo revaloriza. Las histéricas con su papel social permitieron el nacimiento del psicoanálisis al escucharlas. Las histéricas no saben lo que dicen pero algo dicen con las palabras que le faltan. Freud insiste en que todo esto se resuelve con palabras, apunta a que la sexualidad está capturada en las palabras. Lacan se interroga hasta el final la operatividad, lo que nos interesan son los síntomas y saber cómo con el blablablá lo resolvemos, con las palabras propias de la paciente se evapora el afecto, no es que desaparece, se ventila. Algo sopla en esas palabras que vuelve al afecto inofensivo, habitable. Así el síntoma intento de solución Freud decía “conflicto consigo mismo”, no es lo mismo que la represión. Quiere decir que hay algo estructural en ese conflicto. El goce del parletre.

Lo que a Freud le enseña la histérica, Lacan lo lleva entonces a todo ser hablante: 1) la relación del ser hablante y la palabra, tensión entre significante y significación, no cierra, no se consigue cerrar. No es del todo lo que quise decir, no consigue cerrar la frase, digo más de lo que creo, está abierto al equívoco y 2) que en esos significantes se desliza un goce de sentido sexual. La sexualidad hecha de palabras y su goce. Freud ya lo decía: que la palabra habla de sexualidad y que la palabra supera lo que voy a hablar. El síntoma es sexual.

*AP Miembro de la EOL-AMP. Docente del ICdeBa y del IOM3,

Reseña a cargo del Equipo de Publicaciones

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Seminario de Formación Permanente 2024: Los escritos técnicos de Freud leídos desde Lacan. Módulo 1 Clase 1.

Módulo 1 Psicoanálisis y Psicoterapia. Clase 1 La operatividad del discurso analítico.

Seminario de Formación Permanente 2024 “Los escritos técnicos de Freud leídos desde lacan”.

Clase 1: “La operatividad del discurso analítico”.

Docente a cargo de Cecilia Rubinetti*.

Acompaña Sabrina Romera.

Reseña

La docente inicia rescatando la importancia de analizar la práctica clínica, interrogándola y respondiendo desde los cuerpos teóricos como herramientas que arriman conceptos, teorías, para contribuir con la misma.   

Freud, en sus primeros escritos intenta responder a qué es un síntoma, en qué está sostenido lo que le pasa al paciente. Como así también a la pregunta sobre los alcances, fundamentos y límites de sus intervenciones.

En todo momento, Cecilia enfatiza en la necesidad de traer los escritos de Freud, desde Lacan para responder a las demandas en la clínica actual.

Freud y Lacan se preguntan sobre la operatividad del discurso analítico a lo largo de sus enseñanzas, como también: ¿cómo se sostiene el método analítico? ¿cómo un discurso sostenido en la palabra puede tocar algo del padecimiento de un sujeto? ¿cómo leemos los efectos? ¿cómo operamos como analistas? Además de la pregunta fundamental: ¿cómo entendemos y conceptualizamos el síntoma?

Tenemos tres pilares: síntoma, interpretación y transferencia.

Freud, en sus escritos analiza la eficacia de las intervenciones, los efectos y los impases.

En el Seminario 1 de Lacan “Los Escritos técnicos de Freud”, Lacan insta a releer a Freud de una manera crítica para analizar la técnica analítica que va descubriendo, de una manera inaugural.

Freud a partir de su práctica va a armando su técnica, aunque no aplica “el método”, sino cada vez, “es una experiencia de lo particular”. Lacan, destaca la originalidad del tratamiento analítico de Freud, que, desde un principio, pudo detectar “la relación problemática del sujeto consigo mismo” y la conjunción con el sentido de los síntomas; siendo esto un hallazgo.

El discurso no es lo que orienta, el síntoma es la brújula, es una respuesta al conflicto.

Lacan, nos indica que “es importante someter el análisis mismo al esquema operacional que Freud nos ha enseñado y que consiste en leer en las diferentes fases de su elaboración teórico-técnica, cómo avanzar en la reconquista de la realidad auténtica del inconsciente por parte del sujeto (Lacan, 1953-1954, pág. 44). Freud, en el “Método Psicoanalítico” (Freud, 1901-1905), describe los fundamentos clínicos y los pasos como consigue el levantamiento de los síntomas a partir de la rememoración. Conecta el síntoma histérico con las coordenadas de su primera aparición.

La invención del método catártico empieza con la hipnosis, la que precisaba que el paciente fuera susceptible de hipnotizar, donde rememoraba e incluso revivía las experiencias que dieron origen al síntoma. Consigue la eliminación de los síntomas, que reemplazan los sucesos sofocados de la conciencia y liberando el afecto.

Los casos clínicos lo confrontan a Freud, y descubre que no es una sola escena traumática la que ocasiona el síntoma sino una pluralización de ellas. Advierte del poder de la sugestión como también de la escucha, y renuncia a la hipnosis.

Lacan, considera que en la hipnosis el paciente dramatiza su historia, fuera del análisis el sujeto no recuerda. Pero en la regla fundamental, no cree en el sujeto del discurso, “a fin de cuentas su discurso no tiene importancia”  (Lacan, 1953-1954, pág. 64).

Freud, descubre pensamientos involuntarios, incómodos, con lagunas, ocurrencias, y ahí encuentra el hilo a través del arte de la interpretación. Comienza con la “talking cure”, enseñada por Anna O. Se topa con la resistencia, con el real y con Lacan, vemos como bordear ese real con palabras.

Recordemos que en el seminario XVII, Lacan pone al discurso de la histeria entre los 4 discursos, y la histerización del discurso como condición de análisis. 

Anna O. nos enseña sobre el discurso de la histeria, donde el padre es el S1.

*AP Miembro de la EOL-AMP.  Docente del ICdeBa y del IOM3.

Reseña a cargo del Área de Investigación y Docencia.

Ciudalitica | 2023

Sitio virtual de publicaciones del CID Santiago del Estero

Seminario de Formación Permanente: «Los Escritos técnicos de Freud leídos desde Lacan».

Los Escritos técnicos de Freud leídos desde Lacan.

Programa del Seminario de Formación Permanente IOM3.

La Dirección Ejecutiva y el Consejo Institucional del IOM 3 nos hemos propuesto, para los años 2024 y 2025, desarrollar un programa único para las 21 instancias que integran el IOM3 (CID y Delegaciones). El mismo se articula a la política de aggiornamento propuesta por J.-A Miller y formulada por Christiane Alberti.
Su contenido se propone llevar adelante una lectura lacaniana de Los Escritos técnicos de Freud.
Este curso bi-anual pretende desarrollar una lectura que permita articular la obra freudiana con la enseñanza de Lacan, acorde con los objetivos actuales del IOM3: éste se propone favorecer en cada lugar la formación de jóvenes practicantes. El público del Seminario de Formación Permanente se halla en la Universidad, en los hospitales, en cada lugar donde el discurso analítico despierta interés. Es a ellos a quienes se dirige nuestra política.
Este programa tiene previsto durante el año 2024 una clase de apertura y 3 módulos, divididos cada uno de ellos en dos clases. La bibliografía propuesta les será enviada por cada docente. En todos los casos serán textos que permitan hacer una lectura renovada de Freud a partir de la Orientación Lacaniana.

AÑO 2024

Clase Inaugural a cargo de Oscar Zack, director del IOM3

Módulo 1: Psicoanálisis y Psicoterapia

Módulo 2: Interpretación- Resistencia

Módulo 3: Iniciación al tratamiento psicoanalítico- Transferencia

Actividad de cierre

AÑO 2025


Módulo 4: Transferencia-Repetición

Módulo5: Dirección de la Cura-Acto analítico

Módulo 6: Pulsión-Trauma

Mesa Clínica de cierre

 

PROGRAMA:

APERTURA

MODULO 1 

CLASE 1

Freud, S., “El método psicoanalítico de Freud”(1904), en O.C, vol. VI, Amorrortu, Bs. As., 1985, p.233

  • Método catártico
  • Hipnosis
  • Análisis de las resistencias

«El método psicoanalítico de Freud», fue escrito en 1903. Allí, sitúa dos cuestiones cruciales para su invención, que es el psicoanálisis. La primera, la catarsis. La segunda, la hipnosis, a la que él renuncia, lo que le posibilita la invención del método psicoanalítico.

 Freud, S., “Sobre psicoterapia” (1904 [1905]), en O.C, t. VII., Amorrortu, Bs. As., 1985, p.243

  • Técnica sugestiva e hipnosis, per via di porre. Terapia analítica, per via di levare
  • Resistencia a la curación
  • Los psicóticos ¿pueden analizarse?
  • Carácter inconsciente de procesos anímicos como causa de síntomas patológicos. Particularidades de la clínica psicoanalítica y sus diferencias con las psicoterapias

«Sobre psicoterapia» es una Conferencia pronunciada por Freud ante el Colegio de Médicos de Viena. Freud describe en qué consiste el tratamiento dispensado por una psicoterapia analítica y establece sus fundamentos.

 Lecturas desde Lacan y Miller:

  • Lacan, J., (1953-1954). El Seminario, libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Buenos Aires: Paidós, 1981
  • Lacan, J. (1958). “La dirección de la cura y los principios de su poder”, en Escritos 2, Buenos Aires: Siglo XXI, pp.565-626
  • Lacan, J.: El Seminario, Libro 2, El Yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires: Paidós, 19.
  • Lacan, J. (1968-1969), El Seminario, Libro 16, De un Otro al otro, Buenos Aires, Paidós, clase 17, 23 abril 1969
  • Miller, J.-A., “Psicoanálisis y psicoterapia”, en Freudiana 10, Paidós, Barcelona, 1994, p.11
  • Miller, J.-A., (1984) “La clínica psicoanalítica”, en Conferencias Porteñas Tomo 1Buenos Aires, Paidós, 2009.

 CLASE 2

Freud, S., “El uso de la interpretación de los sueños en el psicoanálisis”(1911), en O.C., vol. XII, Amorrortu, Bs. As., 1985.

  1. El texto del sueño
  • Lacan, J.: “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Escritos 2, Siglo XXI, Buenos Aires,1985, punto V “Hay que tomar el deseo a la letra”, p.600
  • Lacan, J.: El Seminario, libro 20, Aun, Paidós, Buenos Aires, 1995, clase VIII

2-El sueño y los tiempos de la cura

  • Lacan, J.: “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”, Escritos 1, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002, p. 187

3-La resistencia en el análisis

  • Lacan, J.: El Seminario, Libro 2, El Yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 1988, clase XVIII.
  • Lacan, J.: “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Escritos 2, Siglo XXI, Buenos Aires, 1985, punto II “¿Cuál es el lugar de la interpretación?”, p.572
  • Lacan, J.: “Del psicoanálisis en sus relaciones con la realidad”, en Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p.371

4-Los límites de la interpretación del sueño

  • Freud, S.: “Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto”, A: Los límites de la interpretación, Amorrortu,Buenos Aires, 1990, T. XIX, p.129
  • Lacan, J.: El seminario 21, clase del 20/11/73, inédito.

MÓDULO 2

CLASE 3

Freud S.: Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912), en O.C., vol. XII, Amorrortu, Bs As., p. 107.

  • La regla fundamental.
  • Lacan, J., “Solo vale la pena sudar por lo singular”, Lacaniana 32, EOL, Buenos Aires, 2022, p. 9
  • Lacan, J (1972) El Atolondradicho. En Otros Escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012. p.473-522. “que se diga queda olvidado, tras lo que se dice en lo que se escucha”.
  • Atención parejamente flotante (gleichschwebend), para no seleccionar. Neutralidad benevolente, traducción de Strachey del término Indifferenzen alemán. No se escoge en el campo de la escucha. El deseo del analista implica una elección.
  • Lacan, J., “La dirección de la cura”, en Escritos 1, Siglo XXI, México, 1979 p.230/233
  • Lacan, J., “Proposición del 9 de octubre de 1967”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.
  • Miller, J.-A., “Conferencia Punto de capitón”, en https://www.google.com/search?q=conferencia+punto+de+capit%C3%B3n+Miller&rlz=1C5CHFA_enAR951AR951&oq=conferencia+punto+de+capit%C3%B3n+Miller
  • Lacan, J. El Seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales delpsicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2013, cap. XIX. “De la interpretación a la transferencia”.
  • No priorizar el saber. Que el saber no gire al discurso Universitario.
  • Lacan J., El Seminario 17 El reverso del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 9
  • El cirujano como modelo. Llevar a cabo la operación.
  • Miller, J.-A., El ultimísimo Lacan. Paidós, Buenos Aires, 2013, p. 181. Cap.12 “El analizante habla, hace poesía, mientras que el analista corta”.

Freud S.: Sobre la iniciación del tratamiento (1913), en O.C., vol. XII, Amorrortu, Bs As., p. 121.

  • Reglas sobre la iniciación de la cura, entrevistas preliminares.
  • Lacan, J. “Función y campo de la palabra y el lenguaje”, en Escritos 1, México, 1979 p.137/139
  • Lacan, J., “La dirección de la cura”, Escritos 1, ídem, p. 217
  • Miller, J.-A., “Como comienzan los análisis”, en https://enapol.com/xi/como-comienzan-los-analisis/
  • Miller, J.-A., “Conversación clínica en la NLS”, Lacaniana 33, EOL, Buenos Aires, 2023, p.31
  • Lacan J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”, Escritos 1. Siglo XXI, México, 1979, p. 193. El tiempo en la cura. La subjetividad de la época.
  • Lacan, J. “Función y campo de la palabra y el lenguaje” Escritos 1, 138,139
  • La falta de ocurrencia en la cura, el silenciamiento consciente. La defensa y su diferencia con la represión.
  • Miller, J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 2004 Cap. 2 y 3
  • La transferencia.
  • Lacan, J., “Intervención sobre la transferencia”, en Escritos, S.XXI, ídem, p.37
  • Lacan, J., El Seminario, libro 11, Ídem, Cap. 10 y 11
  • “el sujeto no habla porque confía, confía porque habla”
  • La transferencia negativa, actingout y pasaje al acto Lacan “La transferencia negativa es el nudo inaugural del drama analítico”
  • Lacan, J., “La agresividad en psicoanálisis”, en Escritos 1, Siglo XXI, Buenos Aires, 2009,p. 107.
  • Lacan, J., El Seminario, libro 10. La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2013 Pág. 127-144
  • Miller, J.-A., La transferencia negativa. Tres Haches ed., Buenos Aires, 2010.
  • El acto analítico y la interpretación. “no comunicar una solución de síntoma y traducción de un deseo antes que el paciente esté próximo a ello.”
  • Lacan, J., “La dirección de la cura”, en Escritos 1, Ídem. “Interpretación a nivel de la técnica”, pág. 233 a 244.
  • Lacan, J., “El atolondradicho”, en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, pág. 473.
  • .MILLER, J-A.»La interpretación al revés», en Entonces Shhh!, Eolia, Buenos Aires, 1996.

CLASE 4

Freud, S., “Sobre la dinámica de la transferencia” (1912), en Obras completas, t.

XII, Amorrortu, Buenos Aires, 1989

 Freud, S., “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia” (1913), en Obras completas, t. XII, Amorrortu, Buenos Aires, 1989.

  • Manejo de la transferencia: Handlung de la transferencia freudiana leída por Lacan desde la diferencia entre transferencia y sugestión, el poder de la transferencia, interpretación de la transferencia.
  • Lacan, J., “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Puntos 1, 2, 3, en Escritos 2, Nueva Visión, Buenos Aires, 1986.
  • Amor de transferencia:el objeto analista freudiano leído por Lacan en términos de la metáfora del amor, ágalma, objeto a, diferencia entre erastés y eromenós.
  • Lacan, J., El Seminario, libro 8: La transferencia. Cap. III La metáfora del amor. Cap. IV La psicología del rico. Cap. X Ágalma
  • Transferencia como resistencia y repetición: transferencia positiva, negativa, positiva erótica freudianas leídas por Lacan a partir de las dimensiones imaginaria y real de la transferencia. Apertura y cierre del icc en relación a la transferencia, presencia del analista, transferencia negativa, transferencia real, transferencia como puesta en acto de la realidad sexual del icc.
  • Lacan, J., El Seminario, libro 1: Los escritos técnicos de Freud. Cap. II Primeras intervenciones sobre el problema de la resistencia. Cap. III La resistencia y las defensas.
  • Lacan, J., El Seminario, libro 8: La transferencia. Cap. XII, La transferencia en presente.
  • Lacan, J., El Seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. X, Presencia del analista. Cap. XI Análisis y verdad o el cierre del inconsciente. Cap. XII, parágrafo 1 La sexualidad en los desfiladeros del significante.
  • Miller, J.-A., La transferencia negativa, Tres Haches, Bs. As., 2011.
  • Transferencia como motor: la transferencia positiva y la transferencia motor freudianas leídas por Lacan desde la transferencia simbólica y el sujeto supuesto al saber.
  • Lacan, J., El Seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. XVIII Del sujeto al que se supone saber.
  • Lacan, J., “Proposición del 9 de octubre de 1967”, en Otros Escritos, ed. Paidós.
  • Eliminación de la transferencia: el problema de la eliminación de la transferencia freudiana leída por Lacan en términos del fin del análisis.
  • Lacan, J., El Seminario, libro 8: La transferencia. Cap. XXVII, El analista y su duelo
  • Lacan, J., El Seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. XIX De la interpretación a la transferencia.

MÓDULO 3

CLASE 5

Freud, S., “Sobre el Psicoanálisis Silvestre”(1910), O.C. Vol. XI, Amorrortu, Bs. As., p. 216-217

Sobre la prudencia analítica. Efectos de la interpretación. ¿Porqué una Escuela? “En la primavera de 1910 fundamos una Asociación Psicoanalítica Internacional, cuyos miembros se dan a conocer mediante la publicación de sus nombres a fin de poder declinar toda responsabilidad por los actos de quienes no pertenecen a ella y llaman «psicoanálisis» a su proceder médico. En verdad, tales analistas silvestres dañan más a la causa que a los enfermos mismos”. Freud, OC, P, 226

  • Lacan, J., “La dirección de la cura”, Escritos, 565:“¿A qué silencio debe obligarse ahora el analista para sacar por encima de ese pantano el dedo levantado del San Juan de Leonardo, para que la interpretación recobre el horizonte deshabitado del ser donde debe desplegarse su virtud alusiva?”
  • Guéguen P.-G. La interpretación lacaniana https://freudiana.com/la-interpretacion-lacaniana/
  • Miller, J.-A.,El banquete de los analistas, Cap. 1, pág. 11 El analista no está solo, Cap. XII, La escuela de la Lacan, pág. 213.
  • Miller, J.-A., “La interpretación al revés”, en Entonces « Sssh…», Minilibros Eolia Barcelona-Buenos Aires, Julio, 1996, p.13.
  • Laurent, E., La interpretación acontecimiento, en Rev. Virtualia 37, https://www.revistavirtualia.com/articulos/831/destacado/la-interpretacion-acontecimiento

CLASE 6

Freud.“Recordar, repetir, reelaborar. (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis)”(1914), en O.C. Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1976, T.XII (págs. 145-157). [Título reducido en alemán: Erinnern, Wiederholenund, Durcharbeiten]

  •  Cambios en la técnica psicoanalítica. (p. 149)
  • Recordar y abreaccionar en estado hipnótico.
  • Regla fundamental. El arte de la interpretación.
  • Finalidad de los dos momentos: llenar las lagunas del recuerdo y vencer las resistencias de la represión.
  • Observación sobre los alcances efectivos de la hipnosis: recobrar una situación anterior y detectar la trasposición de procesos inconscientes en conscientes.[Observación general: El tratamiento de la repetición introduce un giro tanto en relación a latransferencia como a la naturaleza de la técnica psicoanalítica.]
  • Imaginario y Simbólico en J. Lacan.
  • Zeitlich-Entwicklungsgeschichete: Temporalidad e historia del desarrollo  (J. Lacan, El Seminario, Libro 1, Los Escritos Técnicos de Freud (1953-1954) Buenos Aires, Paidós, 1984, cap. XII).
  • La palabra en la transferencia.
  • Función creadora de la palabra. Diálogo con el R.P.Beirnaert. Estatuto de laequivocación, el error, el engaño y la mentira. 
  • La verdad y equivocación. “La verdad caza el error por el cuello de la               equivocación” (pág. 386)
  • El concepto de análisis. El fenómeno de la transferencia. Función de la cristalización imaginaria. “La transferencia es el concepto mismo del análisis porque es el tiempo del análisis”. (Cf.: J. Lacan, Ob. Cit.cap. XIX, XX, XXI, XXII)
  • Recuerdos encubridores: algunas observaciones intercaladas por Freud en 1914.
  • Recuerdo y olvido. Nachträglich.
  • Falta de nexos:La neurosis obsesiva como modelo yreferencia elíptica al caso “Hombre de los Lobos” [Cf.: Nota 2]. Cf.: J.A. Miller: “La contribución del obsesivo al descubrimiento del inconsciente” (1989), en Introducción a la clínica lacaniana. Conferencias en España. Barcelona, ELP-RBA Libros, 2006. Cf.: J.A. Miller, “H2O” en Matemas II. Buenos Aires, Manantial, 1988.
  • Repetición, Signo distintivo de la nueva técnica.
  • “No recuerda nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. [Cf.: S. Freud, Cit. págs. 151-152]. Ejemplos de inicios de la cura.
  • Compulsión de repetición [Nota 6]. Sustitución del impulso de recordar por la compulsión de repetición. La repetición bajo transferencia. Efectos de la    Repetir equivale a “convocar un fragmento de la vida real” (p. 153-154). Nota 6 de James Strachey: Cf.: “Lo ominoso” (T. 17, p.38) y “Más allá del principio de placer” (T. 18, pp. 18 y sigs.).  
  • La “política del avestruz” en relación a la enfermedad. (p. 154). “Manejo de la transferencia” (p. 156). Cf.: J. Lacan, “La dirección de la cura y los principios de su poder” en Escritos 1, México, Siglo XXIEditores, 1984, [El lugar del analista: “es menos libre en su estrategia que ensu táctica” (p. 569).  II. ¿Cuál es el lugar de la interpretación?III. ¿Cuál es la situación actual de la transferencia?]
  • La transferencia: “un reino intermedio entre la enfermedad y la vida” (Freud, p.156). Neurosis de transferencia. Reelaboración [Durcharbeiten] de las resistencias. (Freud, págs. 156-157). Cf.: J.A. Miller, “El inconsciente en la sesión analítica” en Los usos del lapso (1999-2000), Buenos Aires, Paidós, 2004. “Reorganización semántica de los síntomas” (p. 67). “Bedeutung originaria” – “einneuerSinn” en relación a los síntomas bajo transferencia (p. 67).
  • La carta robada. – J. Lacan, El Seminario, Libro 2, El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica (1954-1955), Buenos Aires, Paidós, 1984. (Apartado: “Más allá de lo imaginario, lo simbólico, o del pequeño al gran Otro, cap. XV y XVI).

–      La relación del sujeto con la función simbólica.

 –      La carta-sujeto inicial, radical-significante puro. La carta-Inconsciente en el

circuito simbólico. Vole: que vuela. Carta objeto, inasimilable.

 –      Pasaje de la carta robada a la carta escondida, puesta aparte (scernere). Verdad escondida: “sólo en la dimensión de la verdad puede haber algo escondido” J. Lacan, p.302.

  • Inconsciente y repetición.
  • Inconsciente sujeto e inconsciente saber. El Inconsciente no es un ser. Estatuto ético del inconsciente.
  • La repetición como garante ético del fenómeno del inconsciente.
  • Temporalidad de la repetición como el goce de lo imposible: la de la primera vez. Anulación del tiempo. Cf.: J. A. Miller, “El estatuto del inconsciente” en Ob. Cit
  • Dos tiempos en la elaboración de la repetición. Freud, Lacan.

Wiederholungswangen Freud:

-Año 1914: “Recordar, repetir, elaborar”.

No hay recuerdo olvidado y reprimido, hay acción repetitiva. “Repite sin saber lo que hace”.

  • Año 1920: “Más allá del principio de placer”.La acción paradójica de las pulsiones. La reacción terapéutica negativa. Impasses de la transferencia negativa. Pulsión de muerte. Invariabilidad de la compulsión a la repetición que instaura un más allá del principio de placer.
  • Año 1955: La repetición como insistencia de la significante. J. Lacan. Cf.: “El Seminario de La carta robada” (1955) en Escritos 1 ( Cit.), págs. 5-55. El lugar de la carta como significante puro (p. 10). Dinámica de los factores simbólicos. Inercia de las impregnaciones imaginarias (p. 5). Alternancia de la presencia y la ausencia (+) / (-). El azar en la sucesión de las tiradas (diacronía) (p. 40). Función de la sintaxisen la repetición significante (p. 44).
  • Automatón Cita con un real que se escabulle. Tyché, el encuentro con lo real. Trauma, un real inasimilable. Teoría del sueño y el despertar. El objeto a minúscula en el fort-da. Cf.: J. Lacan, El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires, Paidós, 1986. Apartado: “El inconsciente y la repetición” (caps. II, III, IV, V).Cap. XIX: “De la interpretación a la transferencia”.
  • La repetición más allá del principio de placer. El goce masoquista. La pulsión de muerte contra la vida. La pérdida de goce. Entropía. La repetición inaugural. El rasgo unario, medio de goce, en relación al saber. El significante como aparato de goce. El plus de gozar: Mehr-lust. La marca que conmemora una irrupción de goce.   Cf.: J. Lacan, El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1992. Cap. III, “El saber, medio de goce”. Cap. V, “El campo lacaniano”.

CLASE 7

MESA CLÍNICA DE CIERRE

 

Ciudalitica | 2023

Sitio virtual de publicaciones del CID Santiago del Estero

CLASE 6 ¿Invadidos por letosas?

Reseña clase 6 ¿Invadidos por letosas?

Docente invitada: Marta Pagano.

Marta Pagano inicia su recorrido comentando que  Eric Laurent en su conferencia,  Lacan y los discursos,  señala la  ironía del hecho de que Lacan  en el panteón, donde están sepultados los proceres, símbolo de    la historia y  la tradición,  Lacan hable de que estamos atravesados,  invadidos por las letosas,  por los surcos de la aletofera; los objetos de la ciencia.

Nos recuerda que Freud ubicó lo imposible en los discursos al demostrar la imposibilidad de las tres  profesiones; educar, gobernar y psicoanalizar retomado por Lacan al referirse al poder de los imposibles  como  lo real del goce.

En la  conversación que Lacan tiene con los estudiantes en los escalones del Pateon, que da el título al capítulo X del Seminario 17, dada la contingencia del cierre de la facultad por el mayo francés,  se  le plantea que el discurso analítico no da lugar a los afectos a lo que Lacan va a responder ubicando el lugar de la angustia como un afecto,  la que, enseña,  no es sin objeto.

Dirá que estamos invadidos por los objetos de consumo,  no ya orientados por el nombre del padre o el ideal, y son estos objetos de consumo que producen angustia en los sujetos.  Lo que abre una puerta para el hacer del analista  ya   que estos no  podrán satisfacer al hombre. Objetos de consumo que producen plus de gozar que Lacan relaciona con la plusvalía propuesta por Marx. Producen una ganancia de placer.  Eric Laurent a esta ganancia de placer la equipara con el júbilo del bebé en el estadio del espejo al reconocer su imagen como totalidad.

El psicoanálisis  plantea  por estructura en el sujeto un objeto perdido,   imposible de recuperar. Mientras el hombre busca  objetos a través de los cuales recuperar el  goce perdido, la ciencia y el capitalismo creen en que se puede recuperar ese goce, negando la existencia de la pérdida estructural. Es lo que produce la angustia en el intento de cubrir la falta.

El goce que se recupera es el que se trabaja en análisis para encontrar un saber hacer con él, precisa la docente.  La esencia del objeto es estar perdido,  pero hay algo que se recupera; el plus de gozar, como  sucede en el chiste, en el que hay una satisfacción, que Lacan va a desarrollar y dará lugar en el Seminario 20 a la Otra satisfacción, un placer procurado por cierto levantamiento de la represión que se relaciona con el chiste pero también con la angustia, en una doble vertiente.

En el discurso universitario Lacan se dirige a los estudiantes en el lugar de los explotados. Esta posición en el discurso del amo era mas claro; el saber estaba del lado del esclavo  y dice  Lacan, vino la filosofía y el saber se construyó del lado del amo. Dando lugar al amo moderno a cuyo lado se sitúa el discurso de la ciencia,  que surge a partir de que el amo pasa a tener el saber.

Discurso de la ciencia que no es un pensamiento sino que es un hacer de manera objetivada.

 Los objetos de la ciencia antes no existían,  son objetos inventados. Son objetos que no sabemos como funcionan. La ciencia  produce objetos que son inventos,  crea objetos que antes no existían y que son excesos de goce. A estos objetos creados por la ciencia Lacan los llama letosas, surgen del vacío. La ciencia es una forma de manipular la realidad y eso son las letosas; objetos de consumo. La ousía  es la sustancia, mientras que los objetos de la ciencia son sin sustancia,  la ciencia vacía; no es ni percepción,  ni pensamiento,  ni forma,  ni sustancia.  Si tuvieran sustancia los objetos de la ciencia no serían rápidamente descartados. 

El psicoanálisis,  explica Marta Pagano, no propone saber sobre los objetos sino sobre el goce singular de cada uno, a diferencia de la época que tiende a la universalización. Seguidamente la docente describe estas categorías: lo universal incluye el para todos de la misma manera.  Lo particular contiene el fantasma que ubica el objeto en el Otro, mientras que lo singular es el goce propio de cada sujeto.

Continuando con la descripción que realiza Lacan de los objetos de la ciencia,  la docente se detiene en la precisión sobre el hecho de que la ciencia vacía el principio hembra de la naturaleza.  Toca la naturaleza por el vaciamiento de la sustancia, a partir de ahí surgen los objetos de la aletofera, es lo que queda como verdad formalizada, contabilizada, vaciada. En esta ruptura con la naturaleza se promueven los objetos.

J A. Miller ubica, el objeto a en el cenit de la sociedad moderna, tomando mayor fuerza la voz y la mirada.

Las letosas, los objetos de consumo están fuera del lazo social. El mundo creado  por letosas va produciendo un vacío de ser y establece una relación del sujeto con el objeto que produce una adhesión promovida por la ciencia. Falta de mediación con el objeto, el yo se adhiere al objeto, derivando en el afecto de angustia.

En Freud,  en Psicología de las Masas muestra  que el sujeto se identifica al ideal del yo precisando más adelante en sus elaboraciones que en el lugar del ideal se instala un objeto que produce a veces relación de masas, es lo que produce las letosas: todos detrás del objeto.

Antes de finalizar su exposición, la docente destacó que en este seminario 17, Lacan va saliendo de las elaboraciones simbólicas para introducir el objeto a y el goce. Siendo su eje la imposibilidad de saber sobre lo real del goce. Imposibilidad no  reconocida  tanto  por   la ciencia como por  el discurso del capitalismo. Ausencia de la barra de la imposibilidad que implica el punto de impotencia, sujetos consumidores/ consumidos, ligados. El sujeto ya no está orientado por el S1. S1 que cayó en el poderío del yo, dando como efecto la arrancia y la deslocalización, describe. En la época en el  lugar del sujeto y el saber del inconsciente encontramos identificaciones lábiles por un lado, rígidas por el otro.

Respecto a los  discursos, precisa que estos son modos de tratar el goce y de lazo social. El discurso del amo instala la ley, el amo antiguo  orientaba, instalaba un orden.   El discurso de la histérica con el síntoma  busca un saber  sobre lo femenino que supone que el padre lo tiene. El  discurso universitario instala la burocracia.  Lacan va a decir que los estudiantes con la revolución están buscando un amo y encontrarán un amo moderno en el discurso de la ciencia.

El discurso del  analista por su parte instala el objeto causa de deseo.  Propicia la singularidad vía el amor de trasferencia. El psicoanálisis propone un reverso,  un uso más digno del S1; ni el que comanda la vociferación ni el que es usado cínicamente,  sino un uso singular de este.

 La clase concluye puntualizando que todo sujeto primero es objeto,  y que un  análisis lleva a reconocer que objeto se fué   para el Otro, que se puede hacer con esa localización de goce, algo se podrá hacer,  quedando un resto,  un resto fecundo diferente de las letosas que es resto desechable. Luego tuvo lugar un espacio para las preguntas y comentarios.


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El psicoanálisis en las instituciones, hoy.

El psicoanálisis en las instituciones, hoy.

MESA DE CONVERSACIÓN: “El psicoanálisis en las instituciones, hoy»

Inés Contreras

J.A. Miller, en el texto El banquete de los analistas nos dice:.. “no se trata de transmitir el psicoanálisis sólo entre psicoanalistas sino precisamente a aquellos que no lo son”.

Este año trabajamos en nuestro CID el Seminario XVII, El reverso del psicoanálisis, donde Jacques Lacan formaliza los discursos y ahí lo llama la “estructura del discurso”, diferenciándose de la lingüística o retórica ya que le agrega la función de broche con el goce. Esta presencia del goce es el dato esencial e inseparable de toda experiencia humana y que el psicoanálisis nos enseña a reconocer. Entonces para Lacan un vínculo social está lejos de ser sólo una simple sucesión de enunciados, ya que está presente el goce o sea una satisfacción….un modo de satisfacción singular, que leemos en cada estructura discursiva. No hay discurso que no sea del goce. Lacan desarrolla cuatro discursos: discurso del amo, discurso histérico, discurso universitario y discurso del analista. Desde el psicoanálisis, el nacimiento del sujeto se da por la palabra, lo simbólico va ordenando lo imaginario, inscribiendo así su lugar. Decimos entonces el sujeto es efecto de discurso.

Cuando decidimos trabajar en instituciones sabemos que ingresamos acorde a la profesión que cada uno trae, sería entonces como psicólogos, enfermeros, médicos, trabajadores sociales, etc., pero esto no impide que cualquiera de los ingresantes decida con su deseo instituir el dispositivo de la escucha y la creación del acto analítico, si se trata de un practicante del psicoanálisis.

¿De qué modo interviene un analista? “nuestra vía no es la de etiquetar, sino la de singularizar…sin olvidar que existen los tipos clínicos” (1) la vía es entonces la lectura y el análisis del lazo social que se sostiene en una estructura discursiva. Intentamos no ocupar el lugar del amo, sin provocar guerras en las diferentes clínicas y en vez de un saber universal, hay un saber que se va extrayendo de la experiencia analítica cada vez. Entendemos que la transferencia de trabajo no se produce de uno para todos sino como lazo uno a uno.

Bibliografía:

1-Laurent, E. “La despatologización neuro del autismo y la nuestra” en Lacaniana 32.Bs.As.Eol 2022.

Interpretación de la Demanda de Transferencia

Mariana Alustiza

“En la práctica institucional, el advenimiento de un analista que modifique la demanda de curación y haga emerger el nivel implícito de la misma, posibilita la aparición del sujeto, representado por su síntoma, permitiéndole abrirse a la significación de la verdad del goce que subyace en el.” (1)

En el lugar donde desarrollé mi práctica, mi labor consta tanto de entrevistas iniciales a nuevos concurrentes, coordinación del equipo terapéutico y abordaje individual. Me centraré en las entrevistas iniciales; destinadas a jóvenes y adultos con Discapacidad Mental que hayan concluido su escolaridad especial o la formación laboral, que por alguna razón diagnóstica no puedan ser incorporados al sistema. Los mismos llegan a partir de los 14 años, por derivación o solicitud particular, estas entrevistas de admisión son realizadas por el médico psiquiatra o psicólogo. En primer lugar, se sabe previamente que ese alguien que llega ya porta consigo (en muchos casos, incluso sin saberlo), una transferencia hacia la institución. Ernesto Sinatra en su libro Las entrevistas preliminares y su entrada en análisis nos dice que puede tratarse de la transferencia a una institución psicoanalítica. Pero que hay algo más a considerar en la transferencia que, simplemente, “un depósito imaginario” (2).  Existe un pivote que va más allá de los fenómenos imaginarios que la transferencia suscita al que lacan llamó SSS y J. A Miller “el pivote transfenoménico de la cura” (es decir aquello que soporta la eficacia simbólica de la transferencia). La función simbólica de la transferencia entendida como sujeto supuesto saber no está, necesariamente ubicada en el analista. Y en este caso está localizada en la institución.

Al realizar la entrevista inicial me permito diferenciar las transferencias imaginarias a la institución y al equipo tratante, de la transferencia como la instalación del sujeto supuesto saber operador. En las entrevistas iniciales los pacientes que llegan son derivados de diversas instituciones con una demanda explícita de no adaptación o exclusión, siendo en algunos casos la institución el lugar previo a la internación.

Alegando al proyecto institucional, el mismo se basa en que para la concurrencia de los pacientes a la institución su estabilización es fundamental, y en caso de descompensación o urgencia se realiza una derivación a su médico de cabecera. Paradójicamente la gran mayoría de pacientes que concurren a la institución se encuentran desestabilizados. Trabajar con ese real convierte a la institución en un marco, que puede servir de suplencia para esta desestabilización, funcionando como un refugio simbólico para alojar determinados síntomas. “El lugar pre-interpreta”, quiere decir que determina al analista y determina a los analizantes. La Institución es nombrada implícitamente como el lugar para alojar a aquellos pacientes rechazados de otras instituciones ya sea por su condición de gravedad o desestabilización. El Acto analítico, (acto de interpretar la demanda), no puede normalizarse, porque no se puede anticipar los efectos sino por el contrario, lograr hacer en primera persona, con su propio estilo, asumiendo la responsabilidad de cada encuentro. Responder a una demanda social de asistencia desde salud mental es posiblemente el inicio que marca una serie de procedimientos que la institución protocoliza como tal, ya que la institución se presta a ser investida libidinalmente a un uso. Esa posición de apertura es, por otra parte, solidaria de la pasión de la ignorancia, única que según Lacan es congruente con el deseo del analista, en cuanto hace lugar a una falta fecunda. Donar la propia ignorancia, volverla operativa, es entonces una posición que el analista interpreta como tal. Esta función es hacer lugar a que el saber, que inicialmente está en el Otro, y que se va escribiendo luego en el campo de la transferencia, pase al sujeto. El deseo del analista apunta a que en el campo de la transferencia se escriba ante lo real una respuesta inédita. Se trata entonces de pensar la especificidad de ese campo para cada condición de estructura. Y, por supuesto, es una función que sólo podrá hacer quien haya pasado por la experiencia de un análisis.

En nuestra práctica institucional no aplicamos el dispositivo del psicoanálisis, nos servimos del saber expuesto por el psicoanálisis para orientarnos en nuestra práctica. La transferencia institucional trabaja con la premisa de que el psicoanálisis no es una ciencia, sino que va tomar lo que la ciencia rechaza. El saber que viene del psicoanálisis nos permite inventar un lugar que produzca respuestas a las preguntas que la estructura nos trae, lo cual no podría darse sin antes trabajar la transferencia.

Bibliografía:

(1) COLOFON, boletín de la federación internacional de bibliotecas del campo freudiano. “Elementos para una epistemología del trabajo institucional” 2003.

(2) Sinatra, Ernesto S, “Las entrevistas preliminares y la entrada en análisis”, Buenos Aires: colegio epistemológico y experimental, 2010 Texto basado en dos clases dictadas los Hospitales “J. M. Ramos Mejía” y “Braulio A. Moyano”, Ciudad de Buenos Aires, los días 13.III y 5.VI.2014. Gabriel Bellucci es psicoanalista, profesor regular de la Universidad Favaloro y UCES, docente regular UBA, supervisor de los hospitales “José T. Borda”, “Braulio A. Moyano”, “J. M. Ramos Mejía” y CSM N° 1 (CABA), Hospital “Eva Perón” (San Martín), Residencia PRIM (Hurlingham) y Clínica Ducont (Ramos Mejía). Correspondencia.

 

HABITAR UNA INSTITUCIÓN ESCOLAR

María de los Ángeles Amestegui

¿Por qué empezar el presente trabajo con un verbo así… habitar…? Lo voy a desarrollar más adelante.

Luego de la jubilación del directivo ocurre una contingencia, la muerte trágica del vicedirector (única autoridad que tenía la institución) en horario de trabajo. Esta contingencia sume a la institución en un silencio gozoso frente a esta falta. Desde las autoridades superiores la respuesta recibida es nombrar un encargado de dirección. El Reglamento General de Escuelas señala que el director será el responsable de la marcha general de la escuela. De ahí la importancia que esa función esté operando.

¿Qué pasa entonces en esta institución con esa función ausente? El resto de los actores institucionales quedan expuestos a mandatos muchas veces insensatos, sin fundamento legal, que generan angustia y desorientación en las tareas, en nombre de “la escuela tiene que marchar”. ¿Marchar a dónde? Sin la función ni la ley orientando, el camino a recorrer es el del estrago generalizado. Estrago en relación a ser un… “producto tan consumible como los otros”. Como plantea E. Sinatra, el verdadero síntoma social que caracteriza a la vida contemporánea del discurso capitalista es que los individuos son el verdadero objeto del consumo.  El pseudo discurso capitalista produce modificaciones del lazo social a ritmo de vértigo. Se han fracturado los dispositivos tradicionales de las relaciones de los individuos con el Estado -otrora protector regido ahora por el par costo-beneficio. El amo moderno a decir de Lacan es el llamado capitalista, “porque el discurso capitalista es una pequeña inversión (del discurso del Amo) simplemente entre el S1 y el $ es suficiente para que esto marche sobre ruedas, pero justamente marcha demasiado rápido, se consuma, se consuma tan bien que se consume”.  Nos consume y desecha.

Cuando Lacan presenta en la Conferencia de Milán al discurso capitalista lo hace para alertarnos sobre una variación con relación al goce que se ha producido. Hay una acumulación del mismo sin sentido.  Tiene como característica principal el rechazo de la castración, rasgo decisivo de la subjetividad posmoderna, rasgo que fundamenta la modalidad discursiva del capitalismo: “para ti, todo es posible” a costa de tu vida.

Entonces ¿Qué hacer desde la Orientación Lacaniana en la institución? Lo que hemos hallado como solución (temporal seguramente) es el Trabajo con Otros apelando a las leyes vigentes operando como corte de goce. Así la falta que está instaurada en la institución sostendrá la hiancia fundamental… no-todo se puede.

Y de esta manera, habitar la institución mediante una actividad comunitaria y artesanal la volverá vivificante cada vez y para cada uno.

Bibliografía

Seminario XVII El Reverso del Psicoanálisis. Jacques Lacan.

Presentación del tema del IX° Congreso de la AMP por Jacques-Alain Miller Lo real en el siglo XXI

Du discours psychanalytique – 12 mai 1972 – à l’ Université de Milan. Jacques Lacan.  Ecole Lacanienne de Psychanalyse (Francia) 

El toxicómano es un sin-vergüenza. Ernesto Sinatra – http://www.eol.org.ar/virtualia/ 3 #17 Enero/ Febrero – 2008                               

Cuando S1 solo impera. Walter Leone.https:// Antroposmoderno.comHabitar: Una condición exclusivamente humana. Juan José Cuervo Calle. ICONOFACTO. 2008.

Hacer existir el psicoanálisis en el hospital, volverse útil

Agustina Luque

 Los inicios de mi práctica hospitalaria sucedieron en tiempos difíciles, cuando fui convocada a ingresar al equipo interdisciplinario de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Mama Antula, creado para responder a la emergencia sanitaria causada por la pandemia de COVID-19.

Qué hago aquí, qué es posible hacer con el psicoanálisis en una terapia intensiva como esta, son algunas de las preguntas que se me presentaron, una respuesta se fue armando a partir del deseo del analista y del primado de la práctica.  

Las instituciones hospitalarias claramente no son ciudades analíticas, en el hospital trabajamos entre varios, el analista es ahí uno/a entre otros/s y a la vez éxtimo. Considero esto como el desafío y la riqueza de trabajar en una institución. 

Hacer existir el discurso y la práctica analítica es siempre un trabajo, no está asegurado de antemano, ni en los consultorios ni en los hospitales. Hoy más que nunca, en épocas de rechazo al inconsciente, de tan poco amor al saber del que es capaz el inconsciente, requiere de docilidad y esfuerzo, de ingeniárselas para volverse útil, para convertirse en ese objeto maleable, dúctil, que se espera en el lugar del analista. 

El dispositivo analítico es siempre una invención, claramente no es un invento ex-nihilo. Se orienta en una doctrina y una ética y se sostiene en el deseo del analista, que puede entenderse como el deseo decidido por captar y hacer lugar a lo más singular en cada quien, a lo real que anida en el síntoma. Estar advertido y orientarse por lo real, estar disponible para ofrecerse a la transferencia, no es solo producto de la formación epistémica sino, sobre todo, del propio análisis. 

Por su lado las instituciones hospitalarias, históricamente ordenadas bajo la lógica del discurso del amo, están hoy fuertemente comandadas por el pseudo-discurso capitalista. Se trata entonces del discurso médico supeditado a la técnica cada vez más sofisticada, ambos trabajan hoy para que eso, no solo marche, sino que lo haga sin fallas, sin fisuras, ni imposibles. No es menor recordar que le debemos a eso muchas vidas, sobre todo pensando en instituciones como las del hospital en el que trabajo, donde se internaron cientos de pacientes graves y críticos. 

Foucault[i] propuso en sus estudios sobre biopolítica y biopoder que el imperativo a “hacer vivir”, comanda el modo actual de ejercer el poder.  E. Laurent[ii] volvió sobre esto para mostrar su reverso. 

Lo que el psicoanálisis nos enseña y su práctica no para de demostrar es que, por supuesto, eso no marcha, al menos casi nunca del todo bien y otras fracasa de manera estrepitosa.  En ambos casos somos convocados a intervenir, no los psicoanalistas sino los psicólogos que trabajamos en los hospitales.

Generalmente se nos demanda disolver rápidamente la falla, el impedimento; el síntoma no como un hecho de discurso ni como tratamiento de lo real, sino como trastorno. Se nos solicita hacer que las cosas funcionen, que los pacientes respondan, colaboren con el tratamiento médico, que no lloren o que duerman, que eso desaparezca lo más rápido posible. 

Lacan, define lo real de varias maneras a lo largo de su enseñanza, en La tercera, conferencia que pronuncia en Roma, lo define como obstáculo incesante:

“Lo real es justamente lo que no anda, el palo en la rueda – más aún, lo que no cesa de repetirse para entorpecer esa marcha”[iii]

Somos convocados a intervenir porque lo real irrumpe y hace obstáculo en las instituciones, angustiando a pacientes y profesionales. Hace fracasar el para todos de los protocolos y predicciones y el ideal biomédico y biopolítico de la salud y la normalización.

Pero el real que anida en el síntoma no solo hace naufragar al imperativo médico y toda idea de tendencia a la homeostasis, sino también puede hacerle la vida imposible a quien lo padece, hacer de la vida una experiencia insoportable, conducir a lo peor.

Por ese penar de más, por ese insoportable y por ninguna otra razón, se justifica nuestra práctica, que intenta incidir sobre ese exceso, no para eliminarlo, lo que sería además de necio, imposible; sino para darle un tratamiento, para volverlo otra cosa, encontrarle un nuevo uso. Se trata de una solución que no conduce a la ciega eliminación del síntoma, sino a un trabajo arduo de localización y rectificación del goce en juego, que solo es posible sostenido en ese lazo amoroso que llamamos transferencia.

Quizás convenga no olvidar que el analista es ahí un partenaire vivo y disponible, que se ofrece a ser el objeto que convenga, no solo al paciente y su familia, sino también al equipo con el que trabaja y que esta es una apuesta cada vez, caso por caso y sin garantías.

Bibliografía:

[i] Foucault, M. Historia de la sexualidad I: la voluntad de saber, Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2016

[ii] Laurent, E. El reverso de la biopolítica, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2016.

[iii] Lacan, J. (1974), La tercera, revista Lacaniana nro. 18, pág. 14, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2015. 

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Hostilidad.

Hostilidad.

9 de noviembre, 2023

Por Francisco E. Ruiz.*

Agradecemos la oportunidad que nos brinda ZADIG La patria del síntoma de poder expresar nuestra visión sobre la situación actual de Argentina. El psicoanálisis es llamado, en parte también por las consignas de J-A. Miller, a decir algo sobre las inminentes elecciones, donde uno de los candidatos se muestra con una motosierra en mano anunciando exterminar al kirchnerismo, extraña forma de querer ser presidente elegido democráticamente.

Recurri al Malestar en la cultura (1929) de Freud, y me encontré con un pasaje que tiene directa relación con lo actual:

“Cuando en una comunidad humana se agita el ímpetu libertario puede tratarse de una rebelión contra alguna injusticia establecida, favoreciendo así un nuevo progreso de la cultura y no dejando, por tanto, de ser compatible con esta; pero también, puede surgir del resto de la personalidad primitiva que aún no ha sido dominado por la cultura, constituyendo entonces el fundamento de una hostilidad contra la misma. Por consiguiente, el anhelo de libertad se dirige contra determinadas formas y exigencias de la cultura, o bien contra esta en general”

En esa simbología de la motosierra y en tantas barbaridades más dichas por este candidato se expresa quizás esta hostilidad de la que habla Freud, y la cuestión de la destrucción del Otro, de la que habla Lacan.

*Francisco E. Ruiz es AP integrante del CID Santiago del Estero.

Imagen de la publicación original, extraída de https://lapatriadelsinthoma.wordpress.com/2023/11/09/hostilidad/ 

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