La actualidad en cuestión: Responde Sergio Higa*
Actualidad en cuestión: Una apuesta por producir un diálogo desde el psicoanálisis sobre cuestiones de actualidad, entre grupos de lecturas, grupos de investigación y/o áreas de trabajo del CID Sgo del Estero y analistas elegidos por integrantes de estos espacios.
¿Qué papel le toca al psicoanálisis en el contexto actual de la pandemia, teniendo en cuenta que la extensión del virus a nivel mundial y sus consecuencias subjetivas, sociales y económicas parecería ser algo del orden de lo imprevisto e incalculable. Y a veces, hasta de una incertidumbre total acerca del futuro?**
Esta pregunta invita a reflexionar sobre:
- La globalización del virus.
- las consecuencias subjetivas
- las consecuencias sociales
- las consecuencias económicas
- lo real sin ley
- el desarraigo respecto de las garantías y/o algo de la predectibilidad. Para empezar me parece oportuno contar brevemente una anécdota que me recordó lo que me tocaba hacer, es decir, contestar en poco tiempo una pregunta que condensa una complejidad considerable.
En enero de 2019, cuando la pandemia explotaba en Wuhan, alojé en mi casa a una ciudadana de Beijing por unas semanas. En ese momento los noticieros mostraban que en China se construyó un hospital en una semana. Indagada por mí respecto de cómo es posible lograr tamaña empresa en poco tiempo, la pequinesa me contestó que ello es gracias al tipo de educación que reciben los ciudadanos desde que son niños.
Dicho modo organiza a la sociedad desde la primera infancia con un ritmo estricto, que resalta por la híper exigencia, rigidez, frialdad y severidad en el modo en que se educa a los vástagos, dando como resultado una posición sumisa que, en palabras de mi amiga, sienta las bases para que de grandes trabajen sin protestar en jornadas de 12 horas o más por día. Es decir que desde la temprana infancia se los anima a resignarse respecto de una característica del amo, esta es, llevar las cosas al terreno de la muerte con el fin de conservar su lugar (Lacan, 1969-70, pág. 113). Ya Hegel decía “la muerte, si así queremos llamar a esa irrealidad afectiva, es lo más espantoso, y el retener lo muerto, lo que requiere mayor fuerza” (Hegel, 1807, pág. 21). Otro punto que recuerdo de las charlas con mi amiga es que me dijo que los chinos, producto de ese tipo de educación, son muy distantes al momento de establecer lazo, especialmente en lo concerniente al contacto físico y frialdad a nivel de los lazos. Y que… ¡el uso de barbijos y del miedo al contagio ya existía en oriente desde mucho antes de esta pandemia! lo cual me recordó que cuando visité un país de oriente, en este caso Japón, se me hizo saber que, para la cultura oriental, una muestra de hostilidad o mala educación consiste en ir a visitar a alguien estando uno resfriado y que intentar saludar con un beso es equivalente a una insinuación erótica. ¿Genera este tipo de educación un campo fértil para que luego aparezca el miedo al contagio, y el miedo al contagio un debilitamiento de los lazos, aquellos que posibilitan el amor, no pasional, sino el que permite condescender el goce en deseo?
Si bien el psicoanálisis demuestra que sí es posible un tratamiento singular, no para modificar al amo, sino más bien para que el sujeto se las arregle en términos relativos en la circulación de su discurso, también es cierto que por estructura, hay algo que el psicoanálisis no logra modificar, lo cual se convierte en un amo para cada uno. Esto sucede a un determinado nivel en donde lo simbólico -necesariamente encarnado en el lazo social, no llega. Veo esto cuando Lacan dice “tan sólo como siempre lo estuve en mi relación con la causa psicoanalítica” (Lacan, 1971, pág. 247), ya que no es conveniente perder de vista que la causa de cada uno es éxtima (Miller, 2010), es decir, incluye al Otro, más ello no anula su reverso, el Otro goce (Lacan, 1969-70), el indomeñable, que habita en cada quien, La Cosa de cada quien. Por eso, la postura de Freud, la de adoptar una posición de vasallo antes que amo, la de encontrar un término medio entre la exigencia pulsional y la social, termina siendo la posición más conveniente.
Entonces, si el distanciamiento social, vigente en la cultura oriental desde mucho antes que comience esta pandemia, le resulta una incomodidad al instinto gregario, ello se debe a que la pandemia le hizo perder al sujeto su posibilidad de hacer lazo con… la virtualidad, ya que cuando se reunía con sus cercanos, en vez de interactuar con sus pares, lo hacía con su celular. Que sí, sonreía mientras miraba la mirada, pero esta no era la de un otro, sino la de la cámara que lo miraba cuando se tomaba la selfie con sus amigos. Bien dijo Gustavo Dessal1, que el encuentro de los cuerpos, no garantiza la presencia. Opino entonces que a partir del ASPO2 y DISPO3 se genera un debilitamiento obligado de los lazos sociales, pero que ya desde antes existía un “DISVO”, un distanciamiento social, virtual y obligatorio -en el sentido de imperativo superyoico-, y que en todo caso, el ASPO y DISPO agregó al DISVO la imposibilidad para que los cuerpos se encuentren.
En tal sentido puede decirse que uno de los efectos de la pandemia, el ASPO y DISPO, hace las veces de emisor, devolviéndole al sujeto contemporáneo su propio mensaje de manera invertida ya que, como bien asumió Silvia Ons4, nadie, ni siquiera los analistas, logran escapar al imperativo del uso compulsivo de los recursos virtuales. Entiendo que esto es, ya sea porque se era adicto desde antes y el sujeto emponderaba la interacción virtual, o bien porque el ASPO y DISPO obligó a algunos analistas que rechazaban las sesiones virtuales a que se sometan al nuevo orden.
En consecuencia sería necesario indagar los efectos del ASPO y DISPO sobre el Eros, ese que nominó Lacan en el seminario 1 cuando dijo que se trata de una forma “universal de poder de vinculación entre los sujetos” (Lacan, 1961-62, pág. 173), lo cual va en consonancia con lo dicho por Freud cuando se refiere a una de las formas de pensar la intersubjetividad: “la psicología individual, rara vez puede prescindir de los vínculos con los otros” (Freud, 1921, pág. 67). Entonces me surge la pregunta de si el virus traerá consecuencias a ese nivel, generando contingentemente las condiciones para la expansión de dicho orden social y económico a partir del debilitamiento del Eros, Eros que está más presente en los díscolos latinos, si se los compara con los orientales. De lo que se trata entonces es de indagar los efectos subjetivos singulares que tiene el distanciamiento social de los cuerpos, ya que el distanciamiento referido al debilitamiento del Eros había comenzado antes, a partir de la introducción de la virtualidad en el campo del lazo social.
Pero, siguiendo el reverso de la anterior referencia de las masas, en el mismo texto Freud toma la idea de LeBon cuando dice que, en contacto social, es decir el individuo en masa “por diversa que sea su inteligencia […] el mero hecho de transformarse en una masa los dota de una especie de alma colectiva en virtud de la cual piensan, sienten y actúan de una manera distinta […] de como sucedería en forma aislada […] en la masa desaparecen las adquisiciones de los individuos y por tanto su peculiaridad” (Freud, 1921, págs. 70-71).
Entonces se podrían confrontar estas posturas. Para Freud el individuo en soledad puede pensar y es el distanciamiento respecto de la masa lo que permite el encuentro con la singularidad del mismo, en el sentido del texto citado. Para ejemplificar esta doble cara del ASPO, me referiré a los casos aislamiento extremo, es decir el aislamiento como castigo, cuyos efectos he tenido la oportunidad de vislumbrar cuando realizaba mi tesis de licenciatura en una cárcel de Jujuy, ya que en ese entonces tuve la oportunidad de entrevistar en sus celdas de castigo a presos que habían sido aislados, por no menos de siete días, en una celda de seis metros cuadrados, con una botella para hacer las necesidades y con permiso de una hora por día para salir a un patio de 16 metros cuadrados. En algunos casos era claro que el aislamiento producía una fuerte descompensación que obligaba al personal penitenciario a acudir a la farmacología o desistir del castigo por el riesgo inminente para sí. En otros casos se producía un efecto similar durante los primeros días, pero a menor escala que los anteriores, y luego se generaba una estabilización de los registros, aminorando el anterior imperio del imaginario respecto de los otros dos. Es que efectivamente el aislamiento, así como permite salirse del alma de la masa, del alma colectiva, de manera concomitante deja al sujeto a solas con su singularidad, que entiendo que no es más que La Cosa en sí (Miller, 2000), lo cual es del orden de lo displacentero pero a veces también como punto de partida de la recatectización de la realidad, y otras veces tan insoportable al punto de preferir la muerte. Por eso me parece interesante la observación que hizo Silvia Ons en la entrevista antes citada cuando dijo que la pandemia pondrá a prueba los finales de análisis.
Pero sin ir a tal extremo, recuerdo también el caso de un paciente que se estabilizó a partir de lo que para él significaba la posibilidad de mantener distancia respecto del otro, ya que, debido a una permanente deyección (Lacan, 1955-56, pág. 81) que experimenta ante la presencia del par imaginario nuevo, el que va cruzando por la calle, el barbijo le permitió ocultar la condensación de su desmembramiento al punto tal de mostrar aflicción por qué irá a hacer con su vida cuando la pandemia termine y se deje el DISPO, ya que logró hacer con las tiritas del barbijo un cordón que le ata momentáneamente los registros.
*Responsable CID Jujuy
** Pregunta formulada por el grupo de lectura “Las Neurosis”, del CID Santiago del Estero. Coordinador: Lic. Francisco Ruiz.
1 Conversaciones sobre psicoanálisis y la época: Luis Salamone con Gustavo Dessal Disponible en https:// 1 www.youtube.com/watch?v=FuzqcrWhO80
2 ASPO: Aislamiento social, preventivo y obligatorio
3 DISPO: Distanciamiento, social preventivo y obligatorio
4 Conversaciones sobre psicoanálisis y la época. Luis Salamone con Silvia Ons. Disponible en https:// 4 www.youtube.com/watch?v=DzKWNm8aROw
BIBLIOGRAFÍA
Freud, Sigmund, “Obras completas”, Amorrortu Editores (1976), Traducción de José L. Etcheverry, Buenos Aires.
(1921) “Psicología de las masas y análisis del yo”
Hegel, George Wilhelm Friedrich (1807). “Fenomenología del espíritu”. Fondo de cultura económica, México, 1980.
Lacan, Jacques:
(1953-54) El Seminario, libro 1 “Los escritos técnicos de Freud”, texto establecido por Jacques Alain Miller. PAIDOS IBERICA, 2010.
(1955-56) El Seminario, libro 3 “Las psicosis”, texto establecido por Jacques Alain Miller. PAIDOS IBERICA, 2010.
(1971). Acto de Fundación. En “Otros Escritos”. 1 ̊ Ed., 2 ̊ reimpresión. Buenos Aires, Paidós. 2014.
(1972-73) El Seminario, libro 20 “Aun”, texto establecido por Jacques Alain Miller. PAIDOS IBERICA, 10 ̊ reimpresión, 2009.
Miller, Jacques A.:
(2000) Miller, Jacques Alain. “El lenguaje aparato del goce”. Buenos Aires, Diva, 2000.
(2010). Extimidad. 1 ̊ Ed. 3 ̊ reimpresión. Buenos Aires, Paidós, 2017.
Ciudalitica | 2018
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