Clase 3: «El analista en el banquillo».
Docente a cargo: Daniela Fernández.
Acompaña: Patricia Soto.
Reseña
En la clase, que tuvo lugar el 10 de agosto, Daniela Fernández partió de la pregunta acerca de por qué volver a la letra de Freud en 2024, y retomó el retorno a Freud que Lacan propuso en 1953, año en el que éste fija el comienzo de su enseñanza a partir de una crisis con la IPA. Lacan propone este retorno a Freud ya que sostenía que desde la IPA había un desvío respecto de lo que éste transmitía. A partir de ésto, la docente destacó que el psicoanálisis no es una técnica que se pueda generalizar, sino que recomienza cada vez, y nos invita a mantener viva la causa freudiana: ¿Cómo estar en cualquier época a la altura de la causa freudiana, de la subversión propuesta por Freud?
El título de la clase: “El analista en el banquillo”, es algo que Lacan dice en “La dirección de la cura”. Del analista, se sospecha en todas las épocas. Freud mismo apunta al analista y Lacan adopta esta fórmula freudiana en el seminario 2 diciendo: “la única resistencia es del analista”.
Más adelante, en el seminario 15: “El acto analítico”, coloca al analista en el banquillo a la luz de la teoría de Pavlov del reflejo condicionado, a partir de su famoso caso del perro que salivaba a partir del sonido de una campana, buscando brindar un aporte a la posición del analista a partir de ésto. Lacan advierte que el perro continuaba salivando aún sin la comida, y dirá que Pavlov recibe el mensaje de forma invertida: la “caja negra” que el conductismo rechazaba, Lacan la pone a trabajar. Es el efecto del significante para el campo del ser viviente, se demuestra con esto la función del significante y el campo del sujeto: Pavlov no es un espectador neutral, sino que es el agente de esos hechos, en realidad es una construcción en la que Pavlov está incluido, esos hechos son una construcción significante. La lectura de este experimento permite despejar por analogía cual es la parte del analista en la experiencia analítica.
El caso clínico es también el caso del analista, el analista está incluido en la construcción del caso y esto queda demostrado en los historiales de Freud, que no oculta su inclusión como analista. Si hay algo que sabe hacer Freud es poner el foco, en su parte en los casos, por ejemplo, en el caso Dora, que trabajó en dos tiempos: en su publicación en 1901, bajo el título “Análisis fragmentario de un caso de histeria”, y en 1923, cuando hace las notas del mismo. Otro modo de ponerse en el banquillo: refiere que, debido a su prejuicio edípico que lo condujo a situar al Sr. K en tanto que sustituto del padre, como el objeto de interés de Dora, impidiéndole captar la importancia de la Sra. K en la economía subjetiva de la joven. Más de 20 años después, se sigue cuestionando respecto de su caso.
La docente se centró en dos textos de Freud: “Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico” (1912) y “Sobre la iniciación del tratamiento” (1913). Destacó que, en ambos, no se apunta a la mecanización en psicoanálisis, sobre todo con relación a la técnica, y los leyó a partir de la enseñanza de Lacan, quien en su último tiempo, en 1977, definió a la clínica como lo real, que no obedece a ninguna ley, imposible de soportar en el cuerpo. Es importante interrogar cada vez a partir de lo que lo real del caso exige.
En “Sobre la iniciación al tratamiento”, Freud se ocupa de cuatro cuestiones cruciales del dispositivo analítico: las entrevistas preliminares, el tiempo, el dinero y el diván. La docente hizo hincapié en el uso Freudiano, hoy caído en desuso, y que Lacan practicará hasta el final de su vida, de las entrevistas preliminares. Estas, para Freud constituyen un sondeo un periodo de prueba, para conocer el caso y ver si es ó no aplicable el psicoanálisis, si haremos o no la apuesta, el uso de las entrevistas preliminares es crucial para pensar a la clínica como lo real: el uso de las entrevistas preliminares nos saca del Automatón, del piloto automático, adormecedor, que conduciría a que se de por comenzado un tratamiento, solo porque alguien nos llama o nos escribe para pedir una entrevista. Las entrevistas preliminares se constituyen así como el primer encuentro con lo real en la clínica.
En la praxis nos confrontamos al real del caso que escapa a toda clasificación, comprensión o sentido. Concebir la clínica como lo real, implica que en psicoanálisis no hay estándar. La lógica de la cura es la que debe orientarnos, elucidar los resortes analíticos en cada situación, el encuadre que debemos moldear cada vez. Poner al analista en el banquillo es esto.
Luego de la clase, Patricia Soto, integrante del CID Santiago del Estero, realizó un aporte a partir de un caso de Freud: el caso Emmy Von N., sobre el cual la docente realizó puntuaciones en torno al concepto de resistencia diferenciando lo que localiza Freud en la experiencia analítica del lado del paciente como resistencia de transferencia, y lo que sitúa Lacan, la resistencia del lado del analista, “son ustedes quienes provocan la resistencia” (Seminario 2).
La presentación clínica estuvo a cargo de Maia Gelid, también integrante del CID, quien presentó un caso de su clínica, y la docente realizó comentarios en torno a la pregunta: ¿alrededor de qué se construye un caso? Precisando la importancia de transmitir la lógica de la cura, es decir, cómo la lógica significante incide sobre el goce, produciendo efectos.
*AP Miembro de la EOL y la AMP.
Reseña a cargo del área de Librería.
Ciudalitica | 2023
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