La docente inicia explicando que el seminario XVII de Jacques Lacan ubica el discurso del analista orientado al envés de los otros discursos. El envés de una trama, que oculta lo latente, lo inconsciente, lo no dicho, es el foco de atención del discurso psicoanalítico. En este seminario XVII, Lacan orienta a los analistas hacia la clínica, cómo ubicarse en el envés, como en una estructura necesaria sin palabras. Reformulando la primera enseñanza, donde hablaba de palabra plena, palabra vacía, entre otros temas.
Comunica que el capítulo que trabaja los capítulos VI y VII, tratando de no apartase del texto.
Enfatiza en que la tesis fundamental del seminario XVII es: El discurso analítico es el envés del discurso del amo.
Lacan habla en lenguaje hegeliano, amo y esclavo, pero de una forma novedosa. El discurso es un lazo social. En el discurso del amo, el amo manda a trabajar, y el esclavo es el que sabe. El esclavo tenía un saber, saber medio de goce, tenía un saber ancestral. El amo manda a trabajar para que produzca, un producto: el plus de gozar. Explica como los matemas en los distintos discursos tienen distintas funciones según el lugar que ocupen.
Expresa que Miller ubica a este seminario en el goce discursivo y la relación significante y goce, produce pérdida. Le llama plus de gozar porque esa pérdida deja un anhelo de recuperación.
En el discurso del analista el a, tiene la función de causar el deseo.
Va a haber un sujeto representado por un significante que lo ha dividido. Este funcionamiento va a ser el funcionamiento del inconsciente, donde un sujeto está representado por un significante enigmático que lo divide, y lo dirige a buscar un saber, cuando se abre el inconsciente. El desciframiento tiene un tope, que es el fantasma. El saber inconsciente produce un saber fantasmático.
Al amo no le interesa el saber, pero la verdad oculta, es que el amo es un sujeto barrado.
En psicoanálisis el amo es el padre, pero a partir de esta nueva estructura de los discursos, el padre va a ser considerado como un S1. Y en esa relación del S1 con el S2, existe la posibilidad de que se produzca en la falla, un sujeto, en el hueco entre los significantes.
En relación a la clínica, un análisis comienza en una intervención analítica, cuando el S1, significante sintomático, sin sentido, lo ha dividido y hay un sujeto.
En el discurso universitario, el agente es el que sabe, diferente, al saber articulado del inconsciente. El saber del esclavo, se le ha robado y manda el que sabe, el saber académico. La verdad oculta de este discurso, no es el saber por el saber mismo sino el mercado, para tener más poder. El astudado, tiene que saber más, se convierte en unidad de valor. El sujeto va a estar producido por el objeto a, pagando con su propia piel.
Para diferenciar el discurso analítico de los otros discursos, expresa que el discurso analítico es el único en el que el agente cae. Considera que al psicoanálisis hay que hacerlo producir, producir nuevo saber para no dejar de existir.
Para ejemplificar, recurre a los testimonios de los AE, que testimonian el atravesamiento del fantasma y concluye que se espera del fin de análisis una ganancia de saber.
El saber en el análisis es un saber mítico, aunque Lacan critica a los mitos freudianos. El saber que le interesa al psicoanálisis, en el lugar de la verdad, no es un saber todo, sino medio dicho, yendo en contra del cierre fantasmático.
Manifiesta que el mito siempre empieza con una contradicción, pero nunca se cierra, nunca un saber clausurado.
Freud cuenta que Moisés fue asesinado, pero Lacan va a decir que no hay registro; como tampoco de la horda primitiva. Lacan se desprende de los mitos freudianos considerándolos un sueño de Freud, pero toma de ellos la estructura, las inscripciones significantes en torno a la ley. Toma el ingenio del discurso de la histeria para poner a trabajar al amo que intenta responderle con saber, que nunca la colma.
Ciudalitica | 2023
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