Antes de poder introducir algunos matices y variaciones en relación a la noción de angustia, dentro de lo que podemos llamar el primer tramo de la enseñanza de Lacan hasta el seminario 10, considero importante poder interrogarnos por los distintos estatutos que tiene el objeto hasta ese entonces. Teniendo en cuenta que según su estatuto derivará en nociones distintas de la angustia. Tomaré como punto de partida el seminario 4 “La relación de objeto” para desde allí hacer una contraposición con el seminario 10 “La angustia” y poder vislumbrar así las distintas variaciones.
En el seminario 4 el objeto tenía estatuto de “objeto perdido”, la madre adquiría valor de objeto perdido. A partir de la interdicción del incesto se operaba la falta de ese objeto y el sujeto no hacia otra cosa que sustituirlo por otros, por lo tanto era un objeto dialectizable y significantizable. La relación a la falta era lo que vinculaba el sujeto con el objeto, en este mismo seminario y hasta esta altura de su enseñanza Lacan dirá “nunca en nuestro ejercicio concreto de la teoría analítica podemos prescindir de una noción de la falta del objeto con carácter central. No es negativa, sino el propio motor de la relación del sujeto con el mundo” (Pag 38). A partir de esta noción la angustia era angustia de castración y se desarrollaba dentro de las coordenadas edípicas. Esta operatoria angustiaba al sujeto.
Esta idea de “objeto perdido” Lacan la retoma de la lectura freudiana que tiñe toda su primera enseñanza. Recordemos que las elaboraciones teóricas del primer Lacan versan principalmente sobre una relectura de los textos Freudianos. Esa sí que a partir del escrito freudiano “Inhibición, síntoma y angustia” Lacan ubicará la angustia en relación a la castración. Aquí Freud dirá que se reprime la libido y eso genera la angustia, engendrando un displacer en el yo. La angustia era generada por el yo “Dicha primera interpretación se haya primero a considerar el impulso instintivo reprimido como fuente de la angustia. Según nuestra nueva teoría seríamás bien el yo dicha fuente”
Podemos ubicar, para un modo más ilustrativo, dos tiempos: el primero fundado a partir de “Inhibición, síntoma y angustia” que toma al yo como señal de peligro. Como el yo percibe este peligro, esta amenaza de castración, manda a reprimir. Vemos esto por ejemplo en el síntoma de Juanito: la fobia a los caballos esconde en realidad una angustia a ser mordido por un caballo, no obstante el caballo es un sustituto del padre, sustitución fundada en una amenaza de castración.
Entonces en el primer tiempo el yo reprime porque hay señal de angustia.Y un segundo tiempo que podríamos localizar a partir del seminario 10 en donde se toma a la angustia como señal de lo real, pasando a primer plano la angustia, es decir, que se reprime porque hay angustia.
En el seminario 10 el objeto ya no se juega en relación a una falta. Por lo tanto la angustia no es por una falta del objeto sino más bien por una presencia del mismo“(…) la angustia no es objektlos, no es sin objeto” (pág. 171) y es señal de lo real. Es decir, que la angustia en el seminario 4 , es un angustia que supone ya una cierta representación, articulada al significante, en cambio la angustia como señal de lo real se encuentra por fuera de toda representación.
Esta pérdida es el núcleo nodal de la angustia de castración desplegada en el seminario 4, en cambio la angustia planteada en el seminario 10 no se encuentra tanto en relación a una pérdida producto de un castigo, devenido de un otro, o como producto de una transgresión. Sino más bien el objeto que se pierde aquí, se encuentra en relación a una parte de la libido del propio cuerpo producto de la operatoria de la separación. Podríamos decir de una pérdida de goce. El agente aquí ya no será la amenaza de castración, Miller dirá al respecto “el órgano perdido, el órgano separado, no está separado por la castración, sino que se concibe como lo que se desprende de la sexuación de la vida en la medida en que esta se reproduce por la conjunción de dos sexos” (pág. 63)
Por lo tanto la angustia que se puede ubicar en el seminario 10 es una angustia más bien constitutiva, en tanto que se juega a partir de la separación, Lacan afirmará “(…) la angustia aparece en la separación. En efecto lo vemos perfectamente, son objetos separables (…)”.A su vez, de esto se desprende el carácter productivo de la misma, en tanto que es por la angustia que se separa del objeto, Miller la denomina Angustia motor. En un análisis tal vez se podría hacer de esa angustia algo productivo, para que el sujeto se separe de un cierto goce dejándolo caer cual resto libidinal.
Finalmente podemos inferir en el recorrido y tramo de estos dos seminarios que asistimos de alguna manera a un pasaje que va del Otro, en tanto que el objeto perdido que se suscita en las coordenadas edípicas, a un objeto separable del propio cuerpo. Angustia que se juega a partir de las envolturas y del cuerpo, y no tanto a partir del Otro, aunque no sin él.
Bibliografía
*Integrante del Cid Santiago del estero.
Ciudalitica | 2018
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