Marita Salgado al inicio de su exposición refiere a que a diferencia de los post freudianos que centran su trabajo en la hegemonía del yo y en la vertiente imaginaria, Lacan retoma el lenguaje y extrae de la enseñanza de Freud las leyes del inconsciente. En el seminario 17 empieza a trabajar lo real a partir de la cosa freudiana, lo inabordable por la vía del significante.
Interroga la relación entre el comienzo de análisis y discurso. El material es la palabra, ¿ que estatuto tiene esta en psicoanálisis?
Tenemos varias instancias lalengua, el significante, la palabra, los discursos.
El lenguaje no le habla a nadie, es una elucubración de saber sobre lalengua. Somos animales del lenguaje del que no sabemos su origen indica Lacan.
Lalengua es un conjunto de equívocos. Un conjunto de significantes amos que no tienen relación entre si. El saber que se articula acerca de lalengua es un saber agujereado.
Lacan afirma que el que le habla a alguien es el discurso. El discurso es un lazo social que se soporta en el lenguaje y es necesario como barrera al goce para que se produzca este lazo social. Lo que marca al discurso como un lazo social es el lugar de producción del inconsciente. Ante lo que, precisa la docente, el sujeto psicótico está en el lenguaje pero no en el discurso
El analizante al comienzo del análisis viene con las palabras, no con los significantes. La palabra, es sugestiva a diferencia del significante que analítico, tiende a dividir.
El saber inconsciente tiene relación con el amor. Para analizarse hace falta el amor de transferencia. La transferencia es libidinal, no solo significante.
Siguiendo a Eric Laurent ubica Marita Salgado que es el discurso histérico el que permite la entrada al análisis pero no la salida. En este discurso el sujeto está dividido por el pathos. En el seminario 10: Lacan toma al goce del Síntoma. El objeto a como real, la positivización del objeto que se hace presente en la angustia.
El Síntoma no es llamado al otro, se basta a si mismo, no necesita del otro. El Síntoma se atraviesa, puede volverse interpretable a través de la transferencia. Lo que nos interesa como analistas son los síntomas, disolverlos con las mismas palabras del paciente, enseña Lacan.
El goce del Síntoma comporta una suplencia, se goza del síntoma porque no hay relación sexual. Decir que no hay relación sexual, es equiparable al acto analítico, no hay un encuentro posible con el significante. No hay deseo de saber, lo que conduce al saber es el discurso histérico.
En el discurso del analista lo que prima es el objeto. Lacan introduce ahí el concepto de semblante para el analista. Es la representación de algo que no hay, semblante de objeto, para poder perder; transformado en un deshecho al final de un análisis.
Un análisis comienza con un sujeto dividido, determinado por un significante que produce goce, el paso a dar con la instalación de la transferencia es el de convertir esas palabras en significantes. En el curso de un análisis se tratará de desprender los S1 del saber, paca acotar el goce ligado a estos. Sobre este aspecto la docente comenta una referencia de J. A. Miller en su seminario Sutilezas Analíticas, en la que realiza una crítica al Seminario 17 en relación a los análisis que duran, ya que dice Lacan, no es por el significante que se va a dirimir el goce.
Ir de la novela al cuento, para operar una reducción del goce mortífero. La obra está primero y espera el autor, tal vez este llegue a ocupar el sitio que le esperaba. Con esta orientación que guió a Eric Laurent al inicio de su análisis con Lacan, finaliza su recorrido nuestra docente invitada, dando lugar a una animada conversación entre los presentes.
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